sábado. 20.04.2024

Los acontecimientos políticos vividos en los últimos días en Madrid y Murcia han abierto un importante cisma en la derecha y la ultraderecha española. El bloqueo ejercido por Vox en los gobiernos autonómicos de ambas comunidades autonómas y los insultos en redes sociales de la formación ultraderechista y Cs han tensado la situación hasta el punto de que las direcciones nacionales de ambos partidos han acordado abrir una vía de diálogo tras el fracaso de la investidura en Murcia. La división en la derecha tiene efectos en varios frentes, y uno de ellos es el Ayuntamiento de Santander, donde Gema Igual ha repetido como alcaldesa con tan solo 11 concejales, uno menos que los que tiene la oposición. Y precisamente en manos de Vox está la posibilidad de bloquear o no la gestión municipal.

Durante el pleno de investidura la formación ultraderechista no apoyó a la alcaldesa del PP, que solo tuvo los votos a favor de su partido y de Cs (2). Dado que la oposición tiene más votos que el equipo de Gobierno, y siendo prácticamente seguro que ni PSOE ni PRC ni Unidas por Santander van a apoyar a la regidora en sus iniciativas, todo depende de Vox, cuya abstención permitiría que Igual hiciera uso del voto de calidad del regidor. Sin embargo, un voto en contra impediría, por ejemplo, la aprobación de los presupuestos o la puesta en marcha de algunos de los principales proyectos del Consistorio.

Y buena parte de esta incertidumbre sobre el futuro de la actividad política en el Ayuntamiento se encuentra en los pasos que den en los próximos días las direcciones nacionales, así como las órdenes que se envíen a las formaciones autonómicas y a las agrupaciones locales. Y es que lo ocurrido en Murcia poco o nada ha tenido que ver con las relaciones que mantienen los partidos en la comunidad autónoma. De hecho, el portavoz de Vox en la Asamblea de dicha comunidad, Juan José Liarte, señaló que el “obstáculo” no eran los diputados autonómicos de Cs, sino la dirección encabezada por Albert Rivera.

La mala relación entre ambos partidos ha tenido uno de sus capítulos más sorprendentes en las redes sociales, donde la formación ultraderechista de Santiago Abascal llamó “lameculos” de Emmanuel Macron, presidente de Francia, al presidente de Cs, y la posterior reacción del partido de Rivera, lo que añadido a que Cs negó que estuviera negociando nada con Vox (solo enseñando el pacto al que había llegado con el PP) derivó en las palabras de Liarte. Pero no ha sido el único ataque en la derecha española. Tras no producirse la investidura en Murcia, y con el gobierno de Madrid bloqueado, el secretario general del PP, Teodoro García Egea, calificó de “ultraderechita cobarde” a Vox.

Así las cosas, de romperse definitivamente las relaciones entre los tres partidos que forman el espectro de la derecha y la ultraderecha en la política española la capital de Cantabria podría tener problemas de gobernabilidad por primera vez en la democracia si Vox decide bloquear igualmente en Santander toda decisión de PP y Cs. Durante los 40 años de democracia el PP siempre ha ostentado la Alcaldía de la ciudad, y después de que la pasada legislatura lograra el apoyo de Cs (y más tarde, cuando la formación naranja desapareció del Ayuntamiento por la renuncia de sus dos concejales, el apoyo del tránsfuga David González), ahora los ‘populares’ necesitan el apoyo de tres concejales (o de dos y la abstención de uno) para poder sacar adelante cualquier iniciativa.

Las tensiones entre PP, Cs y Vox a nivel nacional podrían dificultar el gobierno de...
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