Los taxis de Cantabria podrán circular por el carril rápido de Santander a partir del próximo mes de noviembre, respetando las mismas normas establecidas para los taxistas santanderinos en cuanto a la recogida o descenso de pasajeros en dicho trazada.
La medida se pondrá a prueba durante un periodo de diez meses, desde el 1 de noviembre de este año hasta el 31 de agosto de 2018, y se evaluará después su continuidad en función de los resultados y efectos en el funcionamiento del carril rápido, habilitado el pasado febrero con motivo de la puesta en servicio del MetroTUS, que dentro de dos meses volverá al sistema anterior de líneas.
La alcaldesa de Santander, Gema Igual, y el concejal de Medio Ambiente y Movilidad Sostenible, José Ignacio Quirós, se lo han trasladado ya a representantes del sector, encabezados por el presidente de la Federación Cántabra del Taxi, Manu Andoni Ruiz, con los que se han reunido esta semana, encuentro del que informa este jueves el Ayuntamiento en un comunicado. Con esta decisión, explican, se atiende una demanda del sector del taxi cántabro, en especial, de los taxistas del Arco de la Bahía, que habían solicitado poder circular también por este carril cuando realizan carreras con destino a la ciudad para ofrecer un servicio igual de competitivo que el de los taxis locales.
La medida se implantará a partir de noviembre, coincidiendo con los cambios que se introducirán en ese momento en la red de líneas de los autobuses municipales. Se adopta, además, tras constatar el "buen funcionamiento" que ha tenido hasta ahora el carril rápido y las "ventajas" que ha supuesto para los taxistas santanderinos, "al reducir los tiempos en los desplazamientos por el centro urbano y abaratar las carreras para los clientes". Los taxistas cántabros que utilicen el carril rápido deberán seguir las mismas normas establecidas hasta ahora para los taxis locales.
Así, podrán detenerse para dejar pasajeros en seis puntos del trazado: las paradas de autobús de la Catedral, Jardines de Pereda, Puertochico y Paseo de Pereda (deteniéndose siempre en la parte delantera), el apartadero existente en el número 35 del Paseo de Pereda y en un lugar señalizado junto a la estatua de Pedro Velarde.
Cuando transporten viajeros con movilidad reducida o en circunstancias excepcionales (cuando el viajero lleve bultos voluminosos y pesados, etcétera), los taxis pueden detenerse en cualquier punto del trazo, pero procurando siempre que la maniobra sea lo más ágil posible para no interferir en la circulación del resto de vehículos.
