martes. 19.03.2024

El Ayuntamiento de Santander ha puesto en marcha este lunes las medidas de reordenación del tráfico previstas en el entorno de la calle Cervantes con motivo de las obras para su renovación en el tramo comprendido entre Jesús de Monasterio y Cisneros, que comenzarán el próximo 3 de septiembre y supondrán una inversión de 1,2 millones de euros.

Las medidas implantadas hoy son cambios de dirección en algunas calles adyacentes, así como la implantación de sistemas de regulación semafórica en otros puntos del entorno que ayudarán a redirigir el tráfico una vez comiencen las obras, según informa el Consistorio en un comunicado.

Estas medidas para redirigir los flujos de vehículos del entorno se ponen en marcha dos semanas antes de iniciar los trabajos para que los conductores se vayan habituando a los cambios, ha indicado el concejal de Infraestructuras, Urbanismo y Vivienda, César Díaz.

Las medidas afectan, entre otras, a la calle Florida, que en su tramo superior cambia de sentido, de tal manera que los vehículos procedentes de Cisneros puedan bajar por este vial hacia la calle Rubio y, desde aquí, tomar Isabel La Católica para incorporarse a la calle San Luis o realizar el giro sobre el falso túnel de la calle Burgos para dirigirse hacia Pasaje de Peña.

Para regular estas circulaciones se han instalado cuatro nuevos semáforos y se ha modificado la ubicación de otros ya existentes. Además, se han realizado los cambios correspondientes en la señalización y las marcas viales y se ha cambiado de lado la banda de aparcamientos existente en el tramo superior de la calle Florida.

Asimismo, se han colocado semáforos en los pasos de peatones de la calle Lealtad (en las intersecciones con Juan de Herrera y San Francisco), para regular el flujo de vehículos que se redirigirá por esta zona.

Y se han instalado cámaras de control de tráfico en distintos puntos para poder comprobar el estado de la circulación en cada uno de ellos.

Por otro lado, en los próximos días está previsto señalizar también un área para carga y descarga en el entorno de la plaza de la Esperanza, con horarios establecidos para ordenar mejor estas operaciones los días de mercado.

La Policía Local se encargará de supervisar el uso de esta zona de carga y descarga para evitar que se interfiera en el tráfico del resto de vehículos que circulen por esta zona.

Con todas estas medidas, que han sido planteadas por el Grupo de Investigación de Sistemas de Transporte de la Universidad de Cantabria (UC), se pretende facilitar la absorción del tráfico de la calle Cervantes por los viales del entorno y minimizar las afecciones por el cierre mientras duren las obras.

En este sentido, Díaz ha señalado que el periodo en el que se desarrollen los trabajos servirá también para evaluar cómo funcionan esas medidas y para comprobar si el comportamiento del tráfico se ajusta a los datos y predicciones arrojadas por los modelos de la UC.

De esta manera, en función de esa evolución del tráfico y de las experiencias y conclusiones obtenidas durante el periodo de obras, se podrá determinar el tipo de tráficos o flujos que tendrá este vial, que en su nueva configuración contará con un solo carril de circulación, al tratarse de la única alternativa para ensanchar las aceras y cumplir con los criterios de accesibilidad.

Por último, Díaz ha pedido comprensión a los conductores en los primeros días hasta que se vayan acostumbrando a estos cambios, que van asociados a una actuación "muy necesaria", como es la modernización y mejora de la accesibilidad de la calle Cervantes.

Comienza la reordenación del tráfico en el entorno de Cervantes
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