sábado. 20.04.2024

La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Santander ha aprobado la licitación de las obras para el derribo de las naves portuarias de la calle Antonio López, así como el acondicionamiento y la pavimentación de los terrenos liberados, unos trabajos que tendrán un presupuesto de 1.895.830 euros y un plazo de ejecución de nueve meses.

Esta actuación, fruto del convenio con el Puerto, que tiene el objetivo de liberar 2.500 metros cuadrados más de espacios portuarios para uso y disfrute de los vecinos. Según este acuerdo, el Consistorio se encargará del derribo y la posterior urbanización del espacio liberado, mientras que la Autoridad Portuaria corre a cargo del traslado de las dependencias portuarias que ocupaban los tinglados.

La idea es que las obras puedan iniciarse antes de verano y, con ellas, se apuesta por el aumento de áreas verdes; la pacificación del tráfico, con zonas adoquinadas en plataforma continua en los extremos; la mejora de la seguridad urbana, al alejar los tráficos de vehículos y bicicletas de las salidas de los edificios; y la mejora de la calidad urbanística de los espacios peatonales, incrementando los anchos de aceras.

Esta actuación se suma a otras que está ejecutando el Ayuntamiento en este entorno, como el nuevo centro cívico de Castilla-Hermida que va a beneficiar a 20.000 personas y cuya finalización está prevista para el enero, indica la administración local.

DESCRIPCIÓN DE LA ACTUACIÓN

La incorporación del nuevo espacio portuario permitirá que la calle Antonio López, que actualmente tiene una anchura de 14 metros, gane 8,5 más, hasta los 22,5, una superficie que se añadirá a la acera que discurre junto a los edificios, de manera que se consiga un gran paseo peatonal, en el que se incorporarán zonas estanciales, áreas verdes y nuevo arbolado.

Asimismo, se podrá ampliar la anchura del carril bici que, en su tramo final, se separará del parque infantil situado junto a la Biblioteca Central, una sugerencia realizada por los vecinos con el fin de evitar las interferencias que se producen entre los ciclistas y los usuarios de la zona infantil.

En el primer tramo de la calle, frente al edificio que albergará el futuro centro cívico de Castilla-Hermida, el vial se colocará al nivel de la acera, de manera que el peatón tendrá prioridad, al igual que ocurrirá en el extremo final, el más cercano a la calle Ruiz Zorrilla.

La zona peatonal pasará a tener 14 metros de anchura y se colocarán áreas estanciales, árboles y mobiliario urbano. Las plazas de aparcamiento situadas al inicio de la calle se desplazarán hacia el siguiente tramo, de manera que se conservarán los estacionamientos existentes.

Por su parte, en la zona central, situada frente a los edificios de viviendas y locales, se permitirá el aparcamiento de vehículos en batería y la acera pasará a tener 9,30 metros de anchura. También se dotará a ese espacio de árboles y mobiliario urbano, dejando siempre un espacio libre de 4,50 metros de anchura para permitir el paso de los servicios de emergencia, en caso de que fuera necesario.

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