viernes. 29.03.2024

Hace unos años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo una serie de recomendaciones sobre la ingesta de azúcar. En ellas, aconsejaba que nuestro consumo de azúcares añadidos fuera inferior al 10% de nuestra ingesta calórica (unos 50 gramos diarios en un adulto sano) y que si lo limitábamos al 5% (25 gramos) era mucho mejor.

Según recoge la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), un estudio reciente ha revelado que el contenido de azúcar en los yogures que actualmente hay en el mercado es tan dispar que puede desvirtuar su calidad nutricional. Dicho de otro modo, y siguiendo las recomendaciones de la OMS, elegir el yogur correcto puede influir mucho en nuestra salud y nutrición.

SABOR DULCE

Los yogures naturales (desnatados o no) tienen de media un 4% de azúcar, el cual procede de la lactosa que hay presente de manera natural en la leche. Este azúcar no entra dentro de los cálculos de la OMS, por lo que en teoría no supone ningún problema.

Ahora bien, en el mercado los yogures que más abundan son los de sabor dulce, que se consigue añadiendo azúcar al producto. Un yogur natural azucarado o aromatizado (los de sabores) tiene de media 10% de azúcar añadido. Esto es entre 8-14 gramos de azúcar por unidad, lo que equivale a 2 azucarillos y el 20% de la cantidad máxima recomendada por la OMS.

Respecto a los yogures con frutas, que como señala la OCU muchas veces se adquieren por considerarse que es un producto “más saludable”, su contenido medio de azúcar añadido está en torno al 9% (11 gramos por unidad). Es más, y al contrario de lo que se suele pensar, este porcentaje mayor no se debe al azúcar naturalmente presente en la fruta, ya que este tipo de yogures son preparados donde la presencia de fruta es ridícula.

Dentro de las bebidas fermentadas (tipo los bífidus o los que ayudan a bajar el colesterol), los valores de azúcar añadido son los mismos que en los yogures azucarados, alrededor del 8%. No obstante, las unidades son menores y, gracias a esto, la ingesta se “limita” a 8 gramos de azúcar por botellita (un 16% de la recomendación de la OMS).

NO SON UNOS REFRESCOS

Una práctica errónea, según la OCU, es comparar la cantidad de azúcar añadido en los yogures (8%) con la de los refrescos (11%), pues se sitúa yogures y refrescos al mismo nivel, cuando no es así. Normalmente se consumen 125 gramos de yogur frente a los 200 ml de refresco (1 vaso), lo que equivaldría a 10 gramos de azúcar en un yogur frente a 22 gramos en la bebida.

En definitiva, “el yogur sin azúcar ni edulcorantes es un alimento que debería tener un sitio reservado en nuestra dieta. Mientras que los refrescos solo tienen una alternativa: el agua”, señala la organización de consumidores.

DISFRUTAR DEL YOGUR NATURAL

Desde la OCU aconsejan “leer bien el etiquetado para no llevarse sorpresas, ya que algunos yogures consiguen el sabor dulce combinando azúcares con edulcorantes”. En estos casos, el contenido en azúcar está en torno al 3% (casi 1 terrón por unidad).

Asimismo, señalan que es conveniente “educar el paladar a un sabor menos dulce y, sobre todo, más natural”, por lo que hay que “elegir los naturales y añádeles fruta natural, frutos secos o semillas para sustituir el azúcar”.

¿Qué yogur es el más saludable?
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