jueves. 28.03.2024

El hombre acusado de abusar sexualmente de la hija de 3 años de su expareja ha negado los hechos, que supuestamente ocurrieron en octubre de 2015, y ha asegurado que, tras una discusión "fuerte" con su entonces pareja, ésta le amenazó y después fue cuando le denunció. "Me había amenazado, me dijo que me iba a acordar, así que me esperaba cualquier cosa", ha dicho el acusado en el juicio celebrado este martes en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria.

La acusación particular, que ejerce la madre de la menor, reclama para él una pena de cinco años de prisión por un delito continuado de abuso sexual, pero la Fiscalía cree que no está acreditado y, por ello, solicita la libre absolución, al igual que la defensa. El acusado ha dicho que "en absoluto" ha hecho ningún acto de contenido sexual con la menor, a la que veía como "una hija", de hecho le llamaba "papá", y precisamente por ello es por lo que se produjo la discusión con la madre, porque "la tenía desatendida". "No atendía a la niña, no la llevaba al colegio y, con lo pequeña que era, la dejaba estar hasta muy tarde viendo la televisión mientras ella estaba en el ordenador", ha indicado y ha asegurado que, tras espetarle estas críticas, su pareja "se enfadó" y eso "llevó a una separación".

Así, durante los días previos a que la madre de la menor interpusiese la denuncia, ambos dormían en habitaciones separadas, ha contado el acusado, que ha detallado también que fueron pocas las ocasiones en las que se quedó solo con la niña, primero porque su entonces pareja apenas trabajó un mes del año y medio que llevaban residiendo juntos y porque con ellos residía la tía de él. En la vista, en la que la declaración de la madre y la entrevista preconstituida con la menor se han visto a puerta cerrada, han declarado varios peritos y varios han puesto en cuestión las pruebas aportadas para acreditar, como denuncia la progenitora, que el acusado "lamió la vulva" a la niña.

CADENA DE CUSTODIA

El primero en hacerlo ha sido el forense, quien además de asegurar que la menor no tenía "ningún tipo de lesión en los genitales", ha considerado que la cadena de custodia de las pruebas "está comprometida" en este caso, debido a que la braga de la niña fue aportada por la madre y no recogida por la Policía. A pesar de ello, tanto las pruebas recogidas en la exploración de la niña como la braga fueron remitidas para su análisis tanto al Instituto Nacional de Toxicología como a la Policía Científica.

Miembros del primer organismo han indicado que se encontraron restos biológicos en cinco zonas de la prenda de la menor pero "no se puede determinar" si llegaron ahí por secreción directa o contacto con otra ropa. Y es que la madre relata, según las alusiones a su declaración de las partes, que sacó la braga de su hija del cesto de la ropa sucia en la que también se encontraba la ropa del acusado.

En la misma línea se ha pronunciado el agente de la Policía Científica, que ha dicho que, aunque "lo habitual es que la saliva quede por secreción directa, no se puede excluir que sea por contacto". "Es una posibilidad que no hay que descartar", ha dicho. Preguntado por la defensa si los restos de saliva del acusado podrían estar ahí porque la madre de la menor "intencionadamente frotase la braga con otra prenda de él", el especialista ha señalado que, aunque son "especulaciones", "por supuesto que pueden estar ahí por contacto con una prenda de él y, si las frotas, pues más".

También el equipo psicosocial del juzgado que valoró a la menor no ha podido valorar la credibilidad de la versión de la niña y apunta a "determinadas incongruencias y contradicciones", según han señalado la fiscal, que además así lo recoge en su escrito, y el abogado de la defensa.

CARÁCTER “COMPATIBLE” CON ABUSOS

El único perito que cree que la niña ha sido víctima de abuso sexual es la psicóloga de CAVAS que hizo una evaluación de la menor y se entrevistó con ella en nueve ocasiones. Ha dicho que el carácter de la niña es "compatible" con haber tenido una experiencia de ese tipo. Ha señalado que la menor le dijo que el novio de su madre, al que entonces llamaba "papá", "le tocaba con su lengua la vulva", y hablaba de ello con "sentimiento de vergüenza" y decía que era "un secreto malo".

A preguntas de la defensa, ha detallado que también mantuvo encuentros con la madre, que denunció los hechos después de ver a su hija hacer "cosas extrañas jugando con las muñecas" y al preguntarle también le dijo "lo de que le lamía la vulva", pero no hizo un informe sobre ello. "La madre estaba preocupada porque decía que su hija se masturbaba y que tenía un carácter seductor hacia las personas de su entorno e incluso le pedía que le hiciese cosquillas en su vulva", un comportamiento sexual que la psicóloga dice que se da en menores víctimas de abuso.

La fiscalía ha cuestionado a la psicóloga si esa conducta en la niña se podía deber a que hubiese visto imágenes de contenido sexual por televisión y ha apuntado que, a su juicio, "la conducta de esta niña es más por exposición directa".

ABSOLUCIÓN

Una vez practicada la prueba, todas las partes han elevado a definitivas sus conclusiones y han hecho sus informes finales antes de que el juicio haya quedado visto para sentencia tras tres años y medio desde que tuvieran lugar los supuestos hecho y después de que el caso fuese sobreseído en instrucción en marzo de 2017 y reabierto por la Audiencia tras el recurso de la acusación particular.

La Fiscalía y la defensa han reclamado la libre absolución del acusado por "no haber quedado acreditado" el delito y "no haberse desvirtuado su presunción de inocencia", mientras que la acusación particular cree que hay "prueba suficiente" para una condena a cinco años de prisión como solicita la madre de la menor.

El acusado de abusar sexualmente de la hija de 3 años de su expareja lo niega y achaca...
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