jueves. 25.04.2024

El árbol de los olvidos y la formación del nuevo Gobierno

Necesitamos un Gobierno que vaya avanzando, donde lo importante sean las personas y sus circunstancias, donde se legisle buscando ese bien común que todos dicen defender, y con tantas promesas incumplidas no hagan enfermar ese árbol del olvido

Al empezar un nuevo año es bueno soltar lastre, dejar en las ramas del árbol de los olvidos aquello que nos pesa, nos amarra al pasado y no nos deja avanzar, para poder caminar libres de equipaje.

Un nuevo gobierno se divisa en el horizonte con este nuevo año, a algunos los reyes les pueden regalar un despachito oficial, pero hay un pesado que mejor olvidar lo antes posible, el recuerdo de los que no podían dormir con algunos compañeros de Gobierno, los que tienen que convivir y trabajar hombro con hombro con los que hace poco eran parte de la casta denunciada. Vamos que si nos cuentan hace unos años que el Gobierno del Reino de España iba a estar apoyado en Bildu, ERC, BNG, Compromís, y Podemos con la Vicepresidencia y varios ministerios, a alguno le da un pasmo, o nos hubieran llamado directamente chalados, aunque también hay quién ve la parte positiva, implicar en la gobernabilidad del país a quienes tanto han dudado, o dudan del mismo.

La legitimidad la dan sin duda los votos de los ciudadanos, pero demasiadas veces hay interpretaciones libres de cuál ha sido su voluntad. Se crean molinos con enormes aspas a los que se demoniza durante las campañas electorales buscando rentabilidades a corto plazo que hipotecan el futuro. Se les cataloga como los destructores del país, después cuando hay que negociar la creación de un nuevo gobierno se ha creado una conciencia colectiva, donde derribar esos molinos es una tarea de titanes, que siempre deja cicatrices.

La credibilidad cuesta construirla, es aquello del que está ordeñando la vaca y cuando ya tiene el balde casi lleno con una patada se derrama toda la leche. Es mucha la mala leche derramada últimamente, por parte de unos y otros, poniendo líneas rojas, muros ficticios que separan a los ciudadanos, unos dando carné de buenos españoles y otros asaltando el cielo sin haber construido las escaleras.

La mayoría de los problemas que actualmente ensombrecen el futuro tienen mucho que ver con dudas e incertidumbre creadas artificialmente por los representantes políticos, que para hacerse un hueco para los suyos, no dudan en demonizar a todos los demás, aquí se prima mucho más el desprestigio de los otros, que la aportación de iniciativas positivas para todos.

Nos quieren salvar usando lo común como propio y expulsando a los demás

Unos se envuelven en banderas e himnos, todo por la patria, pero tantas veces sin contar lo que verdaderamente necesitan quienes viven en la misma, nos quieren salvar usando lo común como propio y expulsando a los demás, muchas veces parecen más un coro de plañideras que responsables de dar una alternativa atractiva. Los que tenían en su seno las semillas del más rancio pasado, las han ido alimentando, han ido creciendo y ahora amenazan con devorarlos. Otros se creen con la potestad de decirnos a los demás quiénes son los demócratas y los fachas, la raya se mueve a su conveniencia, como si todos fuéramos menores de edad y les necesitásemos a ellos para que nos iluminen, "sin su sabio consejo estaríamos perdidos".

Ahora que hay un esbozo de un programa de gobierno con medidas que pueden ilusionar al personal, se han creado tantas dudas que son pocos los que les darán esos 100 días de gracia que todo gobierno necesita para empezar a desarrollar su programa. Los nuevos partidos tienen que tocar la realidad, ya hemos visto cómo se puede casi desaparecer en cuestión de 3 meses por empeñarse en ir contra lo racional, y la ambición puede ser positiva si se sabe que el objetivo es alcanzable, en caso contrario cuanto más se sube, mayor es el golpe recibido al tocar el suelo de esa realidad. 

Los jueces en nuestro país están dando más problemas que soluciones con resoluciones menos motivadas de lo debido, con actuaciones que parecen tener mucho que ver con la asociación a la que pertenecen, o quién les ha apoyado en su carrera judicial. El Tribunal Supremo, la Sala de lo Penal, ha sufrido serios reveses con el derecho comparado, y el de la propia Unión Europea, para complicar más las situaciones, la Junta Electoral Central se toma competencias muy dudosas. Así parece que la justicia tiene más que ver con el cristal con que se mira, que con lo que hemos estudiado en los libros de derecho.

Quienes viven mirando siempre hacia el pasado, corren el grave riesgo de simplemente no tener futuro. Por ello no estaría nada mal dejar en la ramas del árbol del olvido colgados muchos errores de ese pasado, para que cuando llegue la primavera las hojas vayan tapando las vergüenzas que nos pueden envenenar, y cuando llegue el verano se puedan recoger los primeros frutos del trabajo realizado, para alimentar a aquellos que más lo necesitan, blindando y dando los pasos fundamentales para una mayor justicia social en nuestro país.

En Cantabria la posición de los regionalistas ha puesto mucha incertidumbre sobre el Gobierno

En Cantabria la posición de los regionalistas ha puesto mucha incertidumbre sobre el Gobierno de la nación y el de Cantabria, lo cierto es que las dudas del pasado, llenan de nubes el futuro, y mientras tanto, el paro es un problema que no cesa, la violencia machista deja más de 55 mujeres asesinadas el pasado año, la precariedad de muchos hacen que su vida dependa de contratos que muchas veces no dan para tener una vida digna.

Con todo los defectos, con todas las dudas e incertidumbres, que no son pocas, necesitamos un Gobierno que vaya avanzando, donde lo importante sean las personas y sus circunstancias, donde se legisle buscando ese bien común que todos dicen defender, y con tantas promesas incumplidas no hagan enfermar ese árbol del olvido, que el huevo de la serpiente no se pueda incubar dentro del mismo, que la pluralidad, la tolerancia, y la justicia social sean una realidad. 

El árbol de los olvidos y la formación del nuevo Gobierno
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