jueves. 25.04.2024

El bochornoso descrédito a las Instituciones del Estado

España es plural en la ideológico y diversa en la forma de entender su identidad por eso dejemos a un lado el corsé de durante años nos ha mantenido erguidos comenzar de una vez por todas, a crecer porque el potencial que tenemos es envidiable.

Lo que días atrás hemos visto en el Congreso de los Diputados es más propio del patio de un colegio que lo esperado de la cámara de representación de la soberanía popular. Me parece insultante que se haya permitido, a todos los representantes y portavoces parlamentarios utilizar expresiones como “asistimos a la formación de un gobierno ilegítimo” o “esto es un golpe de estado” y también “son ustedes los nostálgicos del franquismo”. Se han dicho cosas muy graves.

Se ha acusado al candidato, ahora presidente, de “traidor” y de “vender a España”. Se ha dicho a la bancada conservadora que es “heredera del franquismo”. Y lo más doloroso, utilizar el recuerdo y la memoria de quienes fueron asesinados por defender la libertad y la democracia frente al terrorismo para atacar políticamente al adversario es, simplemente, bochornoso y triste.

¿De verdad?, ¿En serio se merecen nuestras instituciones semejante bajeza?.

Es evidente que no, ha llegado el momento de dejar de mirar al pasado y hacerlo al futuro, dejar de utilizar como argumento político, o como quiera llamarse, los resquicios de un pasado que nos avergüenza. Necesitamos afrontar un futuro esperanzador, ilusionante, dejar a un lado las reticencias porque está claro que no podemos caer más bajo. Tenemos que seguir luchando por conseguir una verdadera libertad, sin olvidar el pasado pero construyendo un nuevo porvenir, más esperanzador y enriquecedor con todo aquello que nos ha traído hasta aquí.

Es necesario ignorar a los nostálgicos del pasado que niegan la realidad de un país

Es necesario ignorar a los nostálgicos del pasado que niegan la realidad de un país que siento muy especial pero que necesita la cabeza muy fría y la altura de miras suficiente para abordar los grandes problemas estructurales que tenemos. Prácticamente de forma automática, cuando se habla de problema estructurales se nos viene a la cabeza el gravísimo problema territorial que tenemos pero, ¿los problemas sociales?, ¿los económicos?, ¿los educativos?. ¿Acaso no son tan importantes?. Lo son incluso más. Para resolverlo es necesaria la colaboración entre diferentes porque no es justo tomar decisiones dando la espalda a millones de ciudadanos hayan votado, lo que hayan votado.

Alguna vez lo he dicho y me vuelvo a repetir, pero España es plural en la ideológico y diversa en la forma de entender su identidad por eso dejemos a un lado el corsé de durante años nos ha mantenido erguidos comenzar, de una vez por todas, a crecer porque el potencial que tenemos es envidiable.

Es el momento de dar el paso para buscar soluciones a los que parecen problemas infinitos que nos aquejan desde hace muchísimo tiempo

Es el momento de dar el paso para buscar soluciones a los que parecen problemas infinitos que nos aquejan desde hace muchísimo tiempo y que desde hace casi dos lustros únicamente sirven de excusa y de argumento electoral pero dejan de lado lo que realmente le quita el sueño a nuestros ciudadanos.

Voy a terminar con un fragmento de lo que dijo el Portavoz del Partido Nacionalista Vasco, Aitor Esteban, uno de los pocos oradores brillantes que quedan en el Congreso de los Diputados, en la sesión del pasado 4 de enero.

“Un país son sus valores, es justicia, es verdad, son las personas, el valor de los principios democráticos por encima de los deseos personales, el respeto, el diálogo inclusivo y eso es lo que constituye la espina dorsal de un país que precie, su ser o no ser, se llame ese país como se llame y se ubique donde se ubique.”

El bochornoso descrédito a las Instituciones del Estado
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