viernes. 19.04.2024

Sobre las 05:30 horas saltaba la esperada noticia. Europa desafiaba mediante nuevos moldes en las últimas tres décadas, la creación de una deuda conjunta para afrontar las inmensas dificultades surgidas dentro del seno de la Institución.

Se ha seguido durante toda la noche lo que comenzaba a olfatearse en la tarde del lunes como definitivo, en un nuevo intento de mantener al corriente de la evolución de este vital asunto económico para España e Italia, entre otros. La confluencia de 27 Estados Miembros con diferentes perspectivas y objetivos, y sin duda con propios problemas en sus orígenes, propician en ocasiones divisiones entre dichos Estados, limitando un crecimiento fuerte de la U.E.

Las conductas impropias o ausentes de ética propician también que surjan a diario distintos grados de crisis con efectos políticos y económicos. Los recientes acontecimientos de estos días, más el abandono del Reino Unido, hacen presagiar ciertas limitaciones o reservas hacia la Institución para depararnos armonía y bienestar a medio plazo.

No obstante, ha quedado sobre la mesa “lo menos malo” qué podía ocurrir para España. Este acuerdo de mínimos a grandes rasgos, aprobado por unanimidad por los 27, sería el siguiente:

A)    Permanece el Fondo Principal de 750.000 millones de euros.

B)    En realidad, es una apariencia ficticia, pues en su detalle, aparece desglosada en 390.000 millones en concepto de gratuidad y 360.000 millones a través de préstamos reembolsables, cuando la inicial propuesta del Consejo se refería a 500.000 millones y 250.00 respectivamente. Una clara victoria de los Países del Norte, que se llevan “en sus fauces negociadoras” la nada despreciable cifra de una rebaja de 110.000 millones.

C)    Sin embargo, si nos fijamos, lo que en realidad aumenta de 250 a 360 mil millones, son los préstamos reembolsables = a abono de intereses.

D)    Un Presupuesto de 1.074 millones de euros que incluiría bagatelas por valor de unos 50.000 millones destinados al “sector crítico” por el exceso de contribuciones sin reembolsos a la UE.

E)    Omitimos otros “flecos” por motivos de espacio, ya que al tratarse como dice el titular: de un punto y seguido, tendremos tiempo de volver.

España sólo tiene derecho a lamentarse de Pirineos para abajo, viniendo a cuento: de aquellos polvos vinieron estos lodos... pues en estos momentos nuestro peso en Europa es meramente testimonial.

España ha emprendido esta aventura dentro de la más dura desconfianza imaginable, junto a portazos diplomáticos, negativas, jarros de agua helada, etc., hasta llegar a producir pánico escénico en nuestro Gobierno y a su presidente, según cuentan fuentes diplomáticas, al que mantuvieron políticamente eclipsado en Bruselas durante estos cuatro días debido a su cada vez mayor perfil bajo europeo.

Aún faltaría, en el supuesto de que se produzca la conformidad de los 27, cómo se conjugaría la asignación de los 390.000 millones. Convendría estar ojo avizor y que no nos tomen de nuevo por juguete roto. Finalmente, y muy importante, quedaría por dilucidar cuál será el alcance de las reformas a acometer por los países subsidiados.

En una versión “light” podría consistir en que por ejemplo, un único país pusiera un “stop” al otorgamiento de Fondos, exigiendo el pronunciamiento del Consejo Europeo en un plazo de 3 meses, bloqueando de esta forma (aparentemente) y, hasta su aclaración en dicho plazo, la disposición de los mismos. Es todo en estos momentos, y tiempo tendremos de ir desgranando lo qué supone para España.

Bruselas alcanza un punto y seguido para la firma de un acuerdo salvador de...
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