El pasado lunes 29 de junio el presidente del Gobierno de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, se mostraba preocupado por la crisis económica que iba a sufrir España y Cantabria en particular en los próximos meses a causa del COVID-19.
En concreto, Revilla calificaba de “catástrofe” la caída del Producto Interior Bruto (PIB), que estaba prevista para este año en la región en un 10%, tal y como comentó él mismo hace dos meses. Sin embargo, algunos estudios elevan esta cifra hasta el 15%, por lo que en este sentido la previsión económica en Cantabria es preocupante.
Además, también reveló que durante el Estado de Alarma 40.000 personas se vieron afectadas por ERTE en la región. De ellas, según comentó Revilla, tan solo 10.000 habían vuelto a sus puestos de trabajo, por lo que el 75% de los afectados seguían con un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), es decir, 30.000 trabajadores se encontraban en esta situación.
En el día de hoy, 2 de julio, Zuloaga ha informado que la Consejería de Empleo ha dado cuenta de que el mes de junio se ha cerrado con 15.095 trabajadores afectados por un ERTE, lo que supone una "reducción sustancial" respecto a los más de 40.000 que llegó a valorar el Gobierno de Cantabria.
En el día en el que se han publicado los datos del paro del mes de junio, que bajó en 1.178 personas en Cantabria, Zuloaga ha destacado que el dato de ERTE que ofrece la Seguridad Social "evidencia esa reactivación económica y laboral que tanto estamos esperando y por la que tanto estamos luchando".
