jueves. 28.03.2024

Un nuevo estudio revela que la cueva de El Soplao, en Cantabria, se originó hace más de 1,5 millones de años, mucho antes de lo que se pensaba previamente, conclusión a la que han llegado los investigadores tras comprobar que los estromatolitos de la cavidad presentan una polaridad magnética invertida, lo que significa que éstos se formaron cuando el polo norte magnético se encontraba próximo al actual polo sur.

El estudio, centrado en nuevos análisis de los estromatolitos (rocas laminadas originadas por la actividad de microbios) de la cueva cántabra ha sido publicado por los investigadores Carlos Rossi (Universidad Complutense de Madrid), Juan José Villalaín (Universidad de Burgos), John Hellstrom (Universidad de Melbourne, Australia) y Rafael Pablo Lozano (Instituto Geológico y Minero de España), en la prestigiosa revista científica internacional Geomorphology.

Rossi y Lozano han presentado al consejero de Innovación, Industria, Turismo y Comercio, Francisco Martín, los nuevos datos y el trabajo que se viene desarrollando sobre los estromatolitos en El Soplao. En la reunión, Martín se ha interesado sobre toda la información obtenida hasta el momento, al tiempo que ha mostrado su disposición a seguir apoyando trabajos científicos en la cavidad y nuevos estudios y líneas de investigación, ha informado el Gobierno en un nota de prensa.

Segundo gran descubrimiento

En 2010, algunos de estos mismos investigadores describieron los primeros estromatolitos de manganeso formados en las galerías de El Soplao. Estas rocas negras se formaron por la actividad vital de microbios que procesaban el manganeso disuelto en antiguos ríos subterráneos, donde reinaba la oscuridad total. La enorme abundancia de microbios, su variedad y la excepcional conservación que presentaban ya anticiparon, entonces, a los especialistas que se encontraban ante un yacimiento de estromatolitos único en el mundo.

La enorme abundancia de microbios, su variedad y la excepcional conservación que presentaban ya anticiparon que se encontraban ante un yacimiento de estromatolitos único en el mundo

La disposición de estos estromatolitos a lo largo de esta gran cavidad y sus peculiares características magnéticas permiten ahora precisar cómo y cuándo se formó El Soplao.

El estudio paleomagnético de espeleo-estromatolitos de manganeso es de por sí una tarea pionera. Casi todas las medidas indican polaridad invertida. El campo magnético de la tierra ha cambiado de polaridad varias veces en los últimos millones de años, la última vez hace unos 780.000 años, fecha que es por tanto la edad mínima de los estromatolitos.

Sin embargo, la combinación de los datos paleomagnéticos con dataciones mediante isótopos de uranio en estalagmitas ha permitido extender esa edad mínima a 1,5 millones de años, lo que significa que los espeleo-estromatolitos, y por tanto la cueva que los contiene, se formaron en el Pleistoceno inferior como mínimo, mucho antes de lo que se pensaba previamente.

Las propiedades magnéticas de los estromatolitos de manganeso de El Soplao son asombrosas, según Villalaín, responsable del laboratorio de paleomagnetismo de la Universidad de Burgos. "Algunos estromatolitos contienen una concentración extraordinaria de minerales ferromagnéticos y la intensidad de la magnetización de algunas muestras es de las más altas que se hayan medido en este laboratorio", señala.

Todos los estromatolitos de El Soplao no se formaron al mismo tiempo. De hecho, los investigadores han cartografiado hasta 10 niveles a distintas alturas, con edades más antiguas a medida que aumenta su cota. Los niveles de estromatolitos representan en realidad antiguos niveles freáticos fosilizados.

Todos los estromatolitos de El Soplao no se formaron al mismo tiempo

En el caso de una roca karstificada, esos poros son las cuevas, y la posición del nivel freático suele estar controlada por la cota de los valles fluviales próximos). Por lo tanto, los niveles de estromatolitos de El Soplao representan antiguas posiciones de los valles fluviales, con una fidelidad y precisión muy poco común, que permiten reconstruir la evolución del paisaje a escalas de tiempo geológicas.

Además de por estromatolitos, en el Soplao los paleo-niveles freáticos están marcados por unas peculiares incisiones erosivas laterales conocidas como terrazas de roca. Las más prominentes pueden 'descalzar' grandes bloques de las galerías, produciendo enormes derrumbamientos interiores. Estas peculiares formas, visibles en muchas galerías, se formaron gracias a la suma de procesos químicos y mecánicos.

A la erosión química contribuyó la actividad vital de los microorganismos que formaron los estromatolitos, que al oxidar el manganeso disuelto en el antiguo río subterráneo hacían aumentar la acidez del agua y por tanto su capacidad para disolver la roca. La erosión mecánica fue también muy decisiva para la formación de las terrazas de roca, debido al poder abrasivo de los sedimentos (ricos en cuarzo) arrastrados por la corriente subterránea y que hoy en día pueden verse por toda la cavidad.

Nuevo modelo de génesis

Con los datos geomorfológicos obtenidos en este artículo, los investigadores proponen un modelo contrastado para la formación de la cueva. Previamente, la morfología irregular de las paredes de la cavidad hizo pensar en un origen hipogénico, es decir, asociada a aguas de origen profundo o con fuentes de acidez distintas a las habituales en las regiones kársticas. En estas regiones, la agresividad química del agua está normalmente asociada a su contenido en ácido carbónico procedente de los suelos vegetales. No obstante, los nuevos datos indican, en opinión de sus autores, que el origen de la cueva no es predominantemente hipogénico.

En el estudio apuntan a que las peculiares formas erosivas de la cueva están muy ligadas a la entrada masiva de sedimentos (arena, arcilla y grava), que, en parte, llegaron a colmatar casi completamente muchas galerías excepto sus techos. En esas condiciones, la erosión química del agua se concentró en la parte superior de las galerías (proceso conocido como 'paragénesis'), generando una serie de formas muy características, como por ejemplo los famosos 'pendants' o pilares de roca que abundan en los techos de las galerías de El Soplao, y que hasta la fecha habían pasado prácticamente desapercibidos y/o confundidos con formas hipogénicas.

Convenio con la UC

El consejero ha valorado "muy positivamente" el trabajo desarrollado por los investigadores y ha subrayado el interés del Gobierno de Cantabria por "potenciar El Soplao".

"Un interés que se centra, no solo en la promoción de uno los principales recursos turísticos de la región, sino también en poner en valor su valía como el laboratorio vivo que está demostrando ser y todos los datos que aporta en el ámbito científico, especialmente en cuestiones referidas a fines paleoclimáticos e información relevante  para entender el cambio climático".

Durante la reunión, en la que también han estado presentes la directora general de Turismo, Eva Bartolomé, y Alfredo Argumosa, director de la empresa pública El Soplao SL, Martín ha adelantado que el Gobierno de Cantabria firmará este mes un nuevo convenio con la Universidad Complutense de Madrid para facilitar las investigaciones científicas geológicas en la cavidad y su entorno, dirigidas por el departamento de Petrología y Geoquímica de la Facultad de Ciencias Geológicas.

Estas investigaciones son la continuación de las iniciadas por el  equipo de trabajo que acaba de publicar el estudio, coordinado por el profesor de la UCM, Carlos Rossi.

Estos trabajos llevados a cabo en El Soplao ya ha dado importantes frutos desde el punto de vista científico, entre los que destacan la primera descripción de estromatolitos verdaderos en cuevas afóticas (inducidos por bacterias quimiosintéticas oxidantes de manganeso) y el descubrimiento de un nuevo politipo mineral del grupo de las hidrotalcitas (Zaccagnaita-3R), entre otras.

La cueva de El Soplao se originó hace más de 1,5 millones de años
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