miércoles. 24.04.2024

La decisión sobre si finalmente se estacionalizarán las visitas experimentales a la cueva de Altamira para proteger su conservación podría demorarse en torno al menos "seis u ocho meses".

Así lo ha confirmado la directora del Museo de Altamira, Pilar Fatás, en declaraciones a Europa Press, explicando además que ya se está estudiando esta posibilidad, anunciada el pasado junio tras el Patronato del Museo Nacional y Centro de Investigación Altamira, en el que se aprobó mantener el número de visitas experimentales pero analizando la posibilidad de concentrarlas fuera del periodo entre febrero y junio, que es cuando se acentúan los problemas de filtración y condensación del agua en la cavidad. Hasta el momento, cada viernes se realiza un sorteo para que cinco personas puedan acceder a la cueva original.

"Estamos en ello. No es una cosa que partamos de cero. Estamos en ello, lo que pasa que todos los procesos y toda la investigación relacionada con los temas de conservación son a largo plazo, por lo tanto de lo que estamos hablando de por lo menos seis u ocho meses para poder tomar esa decisión", ha explicado Fatás a Europa Press.

Según ha aclarado Fatás, lo que se va a analizar es si dicha estacionalización sería beneficiosa para la conservación de la cueva de Altamira.

La directora de Altamira dirige desde este lunes, y hasta el viernes, en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en Santander la VII Escuela de Arte y Patrimoniio 'Marcelino Sanz de Sautuola', que versará en esta edición sobre la Economía de la cultura: museos y sitios patrimoniales'.

En su exposición inicial, Fatás ha hablado, entre otros aspectos, que el patrimonio cultural "puede ser una herramienta de desarrollo" para un territorio y de generación de riqueza y empleo.

Y respecto a lo que supone en este sentido Altamira, Fatás ha recordado, en posteriores declaraciones a esta misma agencia, que el CSIC llevó a cabo entre 2012 y 2014 un estudio sobre el valor social de Altamira, dentro del Programa de investigación para la Conservación Preventiva y Régimen de Acceso a la cueva, que, según ha consultado esta agencia, cifraba en 36 millones de euros anuales el impacto del Museo de Altamira.

Ese informe señaló que del trabajo sociológico realizado, con 2.075 encuestas a pie de museo y 1.000 por vía telefónica con una muestra que cubrió de forma representativa la totalidad del Estado, no se podía deducir que hubiera demanda social para que la cueva se abriera al público, tanto de forma restringida o generalizada, sino todo lo contrario.

Y es que, según apuntaba el estudio, la opinión mayoritaria entre la población española (57%) era que la cueva pudiera abrirse a un número limitado de personas, si las pinturas no corren peligro y un 95% de los visitantes al Museo de Altamira veía muy bien, o bastante bien, que la cueva esté cerrada para garantizar su conservación futura. También la gran mayoría de los encuestados (un 72%) opinaba que la decisión debe estar en manos de los científicos, no de los políticos.

Además, el estudio económico realizado mostraba que la apertura de la cueva, incluso aunque se ampliase a un número mucho mayor de visitantes, no tendrá un impacto económico superior al que ya tiene de por sí el Museo de Altamira, que se estimaba "en unos 36 millones de euros anuales entre impactos directos e indirectos".

La decisión de estacionalizar las visitas experimentales a Altamira podría retrasarse...