viernes. 19.04.2024

Greta, el cambio climático y los derechos humanos

Este cambio de sistemas de producción, de emisión de gases contaminantes, de modelo de vida, tiene que ir acompañado por el respeto y desarrollo de los Derechos Humanos, dejar tirados con estas previsiones tan alarmistas a un sector importante de la población puede ser hacernos el harakiri. 

Termina la cumbre del clima de Madrid, y puede ser pronto para sacar conclusiones, pero algunas impresiones, momentos para el recuerdo, y frases rimbombantes sí que nos ha dejado. Arrancó con mucha fuerza, quizás con demasiadas esperanzas en la misma, su traslado de Chile a Madrid, algo que en principio podría dar lugar a la improvisación sin embargo se demostró eso de lo que tenemos fama, se nos da bien la organización de eventos y saraos.

Pronto los focos fueron a buscar el catamarán de Greta Trunberg, porque si algo es seguro es que la cumbre de Madrid ha sido a nivel informativo y mediático la cumbre de Greta, con todo los positivo y negativo que ello puede tener. Esa sobreexposición en una niña de 16 años, en la que poco menos hemos puesto sobre sus hombros salvar el Planeta, y que tanta luz sobre ella, ha dejado en la penumbra algunos trabajos que merecían mucho más reconocimiento.

Pronto aparecieron los agoreros, los profetas del insulto y el navajazo, les importa un bledo que sea una menor, la han acusado de todo, desde tener enfermedades mentales, hasta ser el brazo tonto de la multinacional verde, pasando por intentar destrozar todo lo que la rodea, amigos y familia, aquí cuando se insulta, y se difama se hace a conciencia.

El país con la mayor reserva natural del mundo tiene un Presidente con un nivel mucho menor que una niña de 16 años

Hasta el propio Trump y Balsonaro, se pusieron a la labor con calificativos cariñosos, como mocosa, niña mimada, el máximo mandatario del país más desarrollado del mundo mundial, un negacionista reconocido, opositor y militante en contra de los que trabajan para detener o revertir el calentamiento global, al conocer que Greta ha sido nombrada personaje del año por la revista "Time" ha manifestado que era una decisión ridícula, aconsejándola que trabaje en el control de la ira...Todo esto podía ser una simple anécdota, si no fuera porque estos personajes dirigen dos de los países más importantes en el tema del cambio climático. El imperio abandona sus compromisos en esta materia, y el país con la mayor reserva natural del mundo tiene un Presidente con un nivel mucho menor que una niña de 16 años; en manos de estos personajes, y los que manejan sus hilos entre bambalinas, estamos, por si fuera poco se une la victoria sin paliativos ni anestesia de Boris Johnson en el país de "Dios salve a la reina", a ver ahora quién salva el Planeta.

Los compromisos de París eran claros, los de Madrid son toda una incógnita, en el artículo 6 del acuerdo de París que crea los sistemas de compensaciones por los que se intercambian derechos de emisión de CO2, esta es la madre de todas la batallas soterradas, donde los intereses particulares están muy por encima del interés general. El acuerdo de París rompió el recorte de emisiones de dos velocidades entre países desarrollados y los países en vías de desarrollo, colocándolos en una paridad muy difícil de mantener, ya que antes había un mercado claro de emisiones y se sabía quién vendía y quién compraba las unidades, la actual situación puede ser también injusta incluso desde el punto de vista social.

Luego están los que ponen todas las astillas en la ruedas, los que su política medioambiental no está entre sus prioridades y quieren sacar ventaja en este tipo de negociación, la posición de China y Brasil es de un obstruccionismo descarado, ahora bien no tener en cuenta la situación del país y el esfuerzo para mantener la mayor zona natural del Planeta puede ser de un cinismo comparable.

A veces el escuchar las mil plagas que nos esperan en caso de no tomar medidas, no sé si es más motivador o al contrario el pesimismo cotiza a la baja a la hora de sumar adeptos a la causa. Ya nadie con dos dedos de frente niega las consecuencias del cambio climático, pero no es menos cierto que previsiones alarmistas han pasado factura en la credibilidad de los que dibujan un futuro apocalíptico.

El cambio climático podría llevar a más de 100 millones de personas al umbral de la pobreza para 2030

Sin duda hay un relación directa entre los propios Derechos Humanos y este futuro que nos dibujan para nuestro Planeta los más pesimistas, pero que como dicen "un pesimista es un realista bien informado", son para tener en cuenta, así nos hablan que si no se toman las medidas oportunas y urgentes, el cambio climático podría llevar a más de 100 millones de personas al umbral de la pobreza para 2030. También prevén que cerca de 143 millones de habitantes tendrían que convertirse en migrantes climáticos en busca de lugares más seguros para poder vivir y ponen la fecha en el horizonte de 2050. Por no hablar de las catástrofes naturales de las que nos avisan al cambiar sustancialmente los ciclos climáticos que conocemos actualmente. 

La realidad es que acongoja, y como manifiesta el vicepresidente de la Comisión Europea encargado del denominado pacto verde "el coste de no hacer nada es mucho más alto que el de actuar". Por ello esta institución propone una transición, con un coste de más de 100.000 millones de euros, además habla de la necesidad de hacer la misma con los cambios necesarios y que tiene que ser percibida como justa por los ciudadanos, ya que de lo contrario puede que no se lleve a cabo. Este cambio de sistemas de producción, de emisión de gases contaminantes, de modelo de vida, tiene que ir acompañado por el respeto y desarrollo de los Derechos Humanos, dejar tirados con estas previsiones tan alarmistas a un sector importante de la población puede ser hacernos el harakiri. 

Lo que se contamina no se frena en ninguna frontera

A veces tenemos la sensación que Europa va por delante, viendo algunas estadísticas no deja lugar a dudas, pero aquí lo importante es ir, caminar todos, lo que se contamina no se frena en ninguna frontera. Un buen ejemplo de ello es lo sucedido con la casi desaparición del Mar de Aral. El gran problema es que nos jugamos todos mucho, el cambio climático ha pasado de ser una posibilidad a ser una cruel realidad

Basta ver nuestros mares, nuestras ciudades, y las fotografías por años del deshielo en los polos, el riesgo o la desaparición de especies para darnos cuenta de las graves consecuencias. Después de la cumbre de Madrid nos quedan tantas dudas: ¿qué vamos a hacer para parar esto?, ¿quién lo va a controlar?, ¿quién va a pagar el coste?, ¿cómo se va a realizar?..., ¿qué pasará con las posiciones de EE.UU, Australia, China, India, Polonia..?. Muchas preguntas, y la respuesta está en el futuro. Lo cierto es que entre todos debemos ser capaces de avanzar, de cambiar el rumbo de un barco que parece no encontrar puerto. 

La presidenta de la COP25, Carolina Schmidt habla de un moderado optimismo, algunos ese optimismo lo hemos visto en los jóvenes que caminaban por las marismas de Santoña, en una marcha solidaria, apoyado los Derechos Humanos y comprometidos con su entorno social y el medioambiente.
 

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