jueves. 28.03.2024

Hawkins pudo morir y la gente grababa

Creo que el ser humano fue inventado al mismo tiempo que la indecencia y la estupidez. En ese preciso momento el creador plagó la existencia de las personas de adjetivos poco edificantes que no procede plasmar aquí porque agotaría la hoja.

El maratoniano Hawkins corría hacia la victoria en Australia. Fatigado, exhausto, tenía la meta a apenas dos kilómetros. Tras tambalearse, Hawkins se fue al suelo, contra la valla, sin que nadie moviese un dedo. Sin que una sola persona le ayudara a pasar un trance que pudo acabar con su vida. Lejos de ello la gente se limitó a observarle o a grabar la escena. Ni siquiera el corredor que llegó por detrás, que finalmente ganaría la prueba, le echó un cable: la oportunidad la pintan calva, debió pensar, y el primer puesto estaba a tiro. Ni rastro de cualquier comportamiento que haya hecho grande al deporte.

Cuentan las crónicas que los asistentes prefirieron tomar fotografías y grabar vídeos antes que ayudar. Hawkins, que es escocés, luchaba no sólo por mantenerse en pie –ganar ya era lo de menos- sino por salir vivo de un estado que a otros les costó la vida. Martín Fiz, que sabe de lo que habla, lo ha dejado claro para remover conciencias y advertir a la manada de imbéciles que graban en lugar de ayudar: “Si me sucede algo así, por favor, que me socorran”.

Comienza a haber una inflación de tontos cum laude que amenaza con inclinar la Tierra de manera muy peligrosa

Creo que el ser humano fue inventado al mismo tiempo que la indecencia y la estupidez. En ese preciso momento el creador plagó la existencia de las personas de adjetivos poco edificantes que no procede plasmar aquí porque agotaría la hoja. Por fortuna no todo el mundo es así, pero comienza a haber una inflación de tontos cum laude que amenaza con inclinar la Tierra de manera muy peligrosa si se sitúan todos en el mismo lado por mor de cualquier circunstancia.

La revolución tecnológica ha alumbrado gente sin corazón. Androides contemporáneos: ciudadanos como sucedáneos. Capaces de ver morir a alguien con tal de grabarlo. Idiotas hasta la extenuación. Comidos por el león mientras trataban de inmortalizar la escena. Gilipollas sin máster. Para qué coño quieres uno si ya tienes el teléfono móvil: el que te ayuda a ser popular, famoso, casposo. Antes, tonto al cubo, te bastaba con ser amoroso. El celular y las redes han matado la creatividad porque hacen pasar por poesía lo que es sólo felonía. Adiós, no me busques; quiero regresar al negativo para recuperar lo positivo.

Hawkins pudo morir y la gente grababa
Comentarios