jueves. 25.04.2024

Maduro aplica medidas del emperador romano Diocleciano, que llevó al imperio a su fin en el siglo III

Las nuevas medidas contribuirán a un efecto inflacionista mayor, devaluando cualquier moneda emitida localmente e incrementando los precios.

Manifiestan los expertos que la Historia y la Economía en determinados momentos provocados, siempre se repite y acomoda los desmanes cometidos por los gobernantes en círculos concéntricos y cada vez más amplios y repetidos.

Esto es en breves palabras, tras corrupciones desmedidas y continuas con una desastrosa gobernanza, es lo que ocurrió hace más de dos mil años, al Imperio Romano y a lo que se ve abocada mi querida Venezuela.

Es fácil encontrar en cualquier manual de economía, el famoso EDICTO DE DIOCLECIANO, el cual fijaba precios máximos para productos calificados como básicos o en el caso venezolano, subvencionados.

Una conclusión sencilla era o es que una clase pudiente determinada, acaparaba o acapara dichos productos básicos a la espera de que ascienda la demanda y una consecuente subida generalizada de precios.

Durante el Imperio, se recurrió al “afeitado” del valor facial de la moneda, con objeto de obtener un efectivo adicional con el que pagar a soldados y funcionarios, que eran el grueso de las obligaciones dinerarias, y que multiplicó la inflación.

La grosera reciente implantación de un nuevo sistema monetario no conducirá a mejorar las necesidades de la población

La grosera reciente implantación de un nuevo sistema monetario no conducirá a mejorar las necesidades de la población, ya que no se puede pretender hacer crecer una economía, como si se tratara de una planta adulta, dándole tirones.

Desde hace tiempo, la población venezolana pasa hambre y calamidades, dependiendo su estrecha economía de la “dolarización”, pensando que hoy en día, mañana será más, dicha moneda se paga a unos 15.000 bolívares/dólar, cuando en 2016, costaba aproximadamente entre 400/500 bolívares.

A ello hay que añadir, ya desde hace tiempo, los proveedores para garantizar su cobro, exigen cartas de crédito bancarias con carácter irrevocable.

El autor recuerda al respecto, cuando la clase pudiente desayunaba con whisky etiqueta negra, y no es una exageración y exclamaban en sus desplazamientos a Miami, (fonéticamente): “henmano tá barato”.

Para concluir con nuestro “admirado” Diocleciano, su Edicto no detuvo la inflación, y los precios continuaron incrementándose, no teniendo más remedio que recurrir al trueque, cosa que viene ocurriendo ya en el País Andino.

El Edicto, consecuentemente afectó especialmente a nivel mercantil, reduciéndose significativamente el comercio.

Lo que sucedió posteriormente, lo ha descrito perfectamente la historia como uno de los “agujeros negros” de Occidente.

Finalmente, y por no hacer demasiado amplio el Texto, pensemos en la deuda venezolana, precio actual del petróleo, etc. y que el ciclo político actual, tiene que finalizar hoy mejor que mañana y mañana mejor que pasado.

Maduro aplica medidas del emperador romano Diocleciano, que llevó al imperio a su fin...
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