sábado. 20.04.2024

Mejor abrazos, no navajazos

Ahora que parece que se pasa del sable al guante, de lo abrupto, de lo áspero a la comprensión, bienvenido sea ese hilo de esperanza para un país, España, que estamos necesitados de un impulso positivo ante los retos que nos esperan en la esfera nacional e internacional, en la economía y en nuestra situación social.

Ya se sabe, lo que no pasa en 100 años ocurre en una hora... bueno quizás sea un poco exagerado, pero ver la rapidez del acuerdo entre Sánchez e Iglesias o Iglesias y Sánchez, se puede decir que tanto monta, monta tanto en este pacto... cualquier explicación puede caer directamente en el absurdo de querer comprender lo que el hombre es capaz de hacer por estar o llegar al poder. 

Después de repetir unas elecciones que dejan un panorama más complicado, se ha visto que lo importante es la voluntad política. Antes con más escaños, no se habían puesto de acuerdo, cuando todos sabemos que deberían estar ya trabajando hace tiempo, y no tener semiparado medio país, pero dos partidos que han perdido apoyo de los ciudadanos han visto la necesidad de acogerse a esa filosofía del Estoicismo, hacer de la necesidad virtud, sacar ventaja de las desventajas y beneficio de las desgracias... que sí se puede, cuando se quiere y los números dan...

Las preguntas nos las hemos hecho todos ¿por qué ahora y no antes? y nos hubieran ahorrado un buenos millones tan necesarios para fines sociales,  la vergüenza de ver crecer la ultraderecha en nuestro país, y cómo nos sacan los colores por la prensa internacional, donde de la nada y en unos meses tenemos más intolerantes por metro cuadrado que en la mayor parte de Europa.

Vaya por delante, que poner el calificativo de fachas a todo lo que se mueve, y no sea de esa izquierda que otorga bula y credencial, tampoco es muy acertado porque asignar tanto poder e importancia a quien no la tiene no parece lo más atinado. Algunos, quizás una minoría, de tecla rápida y lengua mordaz, que se les oye y ve más que a los demás, hasta "el pacto de los martes", todos los que estuvieran fuera de esa realidad, hacia la otra parte del arco parlamentario, eran acusados por lo menos de fachas, luego se podía ir aumentado la graduación peyorativa, con todos los calificativos que fueran pertinentes para este personal. Desde las redes sociales los puros de alma y corazón, los íntegros del cupón, convencidos y convertidos en jueces del más alto tribunal de la Inquisición actual, ponían su cruz a los que osan discrepar de sus ideas.

Por la otra parte, no se quedan cortos, todo los contrario, los insultos y las respuestas están subidas de tono, todavía a algunos se les escapa aquello de "rojo" como peyorativo y "comunista" como persona apestada, eso sí, estos lo tienen más fácil lo confiesan en sacristía. Ya lo decía el poeta "esa España que ora y embiste cuando se digna usar la cabeza" y ahora encima están más crecidos por el apoyo recibido.

El recobrar viejos símbolos, formas, intolerancias nos pueden afectar gravemente a nuestra convivencia

Preocupante es ese virus internacional que recorre Europa y ahora nos ha afectado, añorando un pasado que tanto dolor nos ha traído, donde uno todavía no entiende por qué no se estudia con más profundidad, se educa mejor, para explicar el horror vivido en el corazón de nuestra Europa, donde por una ideas totalitarias murieron más de 50 millones personas. Cuando dicen que las ideas no matan y todas son respetables, matan las armas, pero el peligro es que esas ideas las carguen, no estamos en ese estadio, ni ante algo parecido, pero sí, que el recobrar viejos símbolos, formas, intolerancias nos pueden afectar gravemente a nuestra convivencia.

La derecha, y la derecha de la derecha, se han apropiado de los símbolos de todos, la bandera, el himno..., incluso el nombre de España. A la izquierda le queda el feminismo y la república, en ambos casos hablan de los complejos pasados no superados. La física explica muy bien el principio de acción y reacción, cuando te han dado un guantazo, la primera idea no es devolver una sonrisa, ni mucho menos  poner la otra mejilla, por mucho que lo diga hasta la "biblia en verso". La primera idea normalmente, si hay posibilidad, la fuerza y el tiempo lo permite, es cómo se puede devolver más fuerte, y en estas hemos estado demasiado tiempo dándonos guantazos, como Goya nos dibujó, en lugar de usar las manos para algo más positivo que meter la tecla o la palabra en el ojo al prójimo.

Por mucho que se empeñen, la democracia pasa por respetar las ideas de los demás aunque no nos gusten, ni se compartan sus posiciones, por quitarse las gafas que solo ven la vida de un color. La palabra respeto, cuánta hermosura, cuánta ética conlleva y que poco se practica, sobre todo en esos ámbitos donde la oscuridad todo lo tapa. Desde el anonimato se puede degollar o despellejar sin pagar la factura al salir del programa, eso sí, tiene un límite y lo marca muchas veces nuestra injustamente denostada Constitución. Hemos tenido un largo período para hacer las reformas necesarias, más de 40 años y no hemos sido capaces de dejar de mirar con recelo a los demás en lugar de buscar vías de encuentro para mejorar las normas básicas de nuestra convivencia, ya que a algunas con los años les han ido saliendo las arrugas fruto del paso de un tiempo que ya no es el suyo.

Desde luego hay mucho que criticar en el embrión de nuevo Gobierno que nos acaban de anunciar, entre dos personas que han usado el verbo para azuzar al personal, que sufren de insomnio y desconfianza, que la coherencia de sus palabras y sus hechos muchas veces se han quedado por el camino, entre la demagogia de unos y la prepotencia de los otros. Si algo nos ha demostrado nuestra propia historia es que de los problemas no se sale a guantazos, que el enfrentamiento tiene que tener ciertos límites, y que a quienes dirigen un país se les tiene que exigir un mínimo de responsabilidad que tanto ha brillado por su ausencia. Veremos qué pasa, ya está puesta la semilla, pero son muchos los que la tienen que regar para poder avanzar, y en el PSOE aparece la vieja guardia de las esencias casi criminalizando el acuerdo, y otros con la caña puesta, que "a río revuelto..." 

Por ello, ahora que parece que se pasa del sable al guante, de lo abrupto, de lo áspero a la comprensión, bienvenido sea ese hilo de esperanza para un país, España, que estamos necesitados de un impulso positivo ante los retos que nos esperan en la esfera nacional e internacional, en la economía y en nuestra situación social,...  Amigos, mejor abrazos y no navajazos. 
 

Mejor abrazos, no navajazos
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