Ya sólo nos queda un episodio al que asistir: que Junqueras, como si fuera una Estela Reynolds con barba, le pida un ‘güisquito’ a Pedro Sánchez y éste, más raudo que un guepardo en patines, se lo lleve de inmediato: mandanga de la buena. Mandanga en forma de nuevo Código Penal que rebajaría los años de talego por sedición: un lingotazo en prisión. Quiere esto decir que si el Gobierno, como pretende, lo aprueba por mayoría absoluta en el Congreso, los ociosos sediciosos cumplirían menos pena y que, al aplicarse con carácter retroactivo, estarían en la calle pasado mañana.
Si Sánchez pretende engatusar a los rupturistas con el nuevo Código Penal, quizá sólo consiga aplazar el problema, pero agravándolo
Ustedes asistirán a esta película previo pago de la entrada, porque todo lo apoquina España, pero con un agravante: se les habrá quedado una cara tremenda, inmensa, excelsa de auténticos ‘gilipollas y gilipollos’. Porque son conscientes de que si mañana alguien roba una gallina con nocturnidad, aunque sea para comer, la llamada Ley le masajeará los riñones con una lija de tacto grueso. Y nadie mirará al Código Penal a ver si un rinconcito le afloja la condena.
Sánchez sabe que Junqueras odia la balada española: la cante Perales o Serrat. Y también conoce de sobra que jamás podrá ponerle en el loro al líder independentista la mítica ‘Jardín prohibido’, de Sandro Giacobbe (“No lo volveré a hacer más, no lo volveré a hacer más”), porque la cabeza pensante de ERC ya lo ha espetado sin rodeos: “Lo volveremos a hacer” (declarar la independencia unilateral), de modo que el PSOE está avisado y el presidente del Gobierno también. Si Sánchez pretende engatusar a los rupturistas con el nuevo Código Penal, quizá sólo consiga aplazar el problema, pero agravándolo.
Recuerden la campaña: un Sánchez que no podía dormir sólo con olfatear la presencia de Iglesias, que no dudaría en aplicar el 155 en Cataluña y que observaba muy clara, sin gafas de aumento, la rebelión. Ahora, mesa de diálogo (con Rufián como protagonista del chiste del dentista) y apuesta por rebajar el delito de sedición. ¿Por estar dos años más en el poder? Eso es un microsegundo en la historia de España. O puede que nada.