Después de superar una grave enfermedad; después de recorrer incansable tantos y tantos lugares y reuniones con su cachava y su boina, allá donde estaban sobre la mesa la inquietud por transformar esta injusta sociedad; después de esforzarse por expresar y comunicar su opinión, a través de largos y, posiblemente, poco ordenados artículos; los años y una nueva enfermedad han precipitado su muerte. Descansa en paz, Paco.
Por eso nos respetamos y nos quisimos profundamente
Quienes le conocíamos desde hacía muchos años, pudimos estar o no de acuerdo en algunas cosas, quizá no tantas, pero en algo siempre estuvimos de acuerdo: el deber moral de ponernos del lado de los más débiles y el inconformismo ante la injusticia y la desigualdad. Por eso nos respetamos y nos quisimos profundamente. Quienes sabemos de su trayectoria personal podemos dejar constancia de su incansable búsqueda de la verdad, de su evolución en las ideas, y de la forma de ser más útil a los demás, adaptándose a los cambios de la sociedad y entregándose con todas sus fuerzas para hacer que las ideas se conviertan en realidad.
Personalmente, Paco Torre era de esas personas que te ayudan a diferenciar entre quienes esperan que les pidas ayuda cuando lo necesitas, hermanos y amigos incluidos, y quienes intuitivamente descubren tu necesidad y, sin preguntarte, te prestan ayuda. Paco pertenecía a este último grupo. Gracias por tu generosidad. En estos tiempos tan duros y tan vacíos de valores y compromiso, Paco, con todas sus virtudes y limitaciones, ha sido de los imprescindibles.
Hasta siempre, compañero.