viernes. 19.04.2024

Entre pillos y referentes anda el juego

En los dos “grandes” partidos en el panorama nacional no tenemos referentes a los que agarrarnos, no tenemos referentes de los que aprender. Y quizás así sea difícil aprender, ya que no tenemos de quién aprender. Sin ellos, por muchos estudios que tengan, se continuarán cometiendo “errores de pardillo”, unos errores que pueden dar al traste con todas las reformas que el país necesita.

El otro día un buen amigo y gran periodista me decía que era muy importante tener referentes, unos referentes de los que aprender, unos referentes a los que idolatrar, y unos referentes que te enseñen.

Quizás ese sea nuestro problema, que carecemos de referentes. Y hablo en el termino político, porque reflexionemos un poco…

¿Qué antiguos lideres pueden enseñar a nuestros jóvenes políticos? En el PP ninguno, Rajoy esta entre actual político –por el tiempo- y viejo político y no puede enseñar nada a nadie a la vista de lo que ha hecho estos cuatro años. Aznar… desde luego a comunicar sí puede ser un referente pero a gobernar no. Sus políticas nos llevaron a una guerra y están basadas en la mentira, y recordemos fue el mayor boom del “ladrillazo” que terminaría agrandando la crisis.

En el PSOE tenemos a un Felipe González que ya no es ni la sombra de lo que era, sus salidas de tono son constantes y cada vez que hace unas declaraciones son para escandalizar a todo e mundo. Como Aznar, “Isidoro” puede dar lecciones de cómo comunicar, de cómo realizar mítines, pero quizás sus enseñanzas sean ya de un libro del abuelo más que pasado de moda. Zapatero no es un referente ni para el propio PSOE, más allá de las numerosas políticas sociales que aplicó. Y Rubalcaba… Rubalcaba ya dejó cerrada la puerta y se dedica a ser profesor.

Durante la construcción del actual estado democrático se cometieron muchos errores, como se suele decir “errores de pardillo”

Desde luego que en los dos “grandes” partidos en el panorama nacional no tenemos referentes a los que agarrarnos, no tenemos referentes de los que aprender. Y quizás así sea difícil aprender, ya que no tenemos de quién aprender.

Muchos pueden ser los que piensen que sin referentes se construyó la Constitución del 78 y la actual democracia en España. Toda la razón. Pero también es cierto que en aquella época se andaba “a ciegas”. Si bien es cierto que se tenía claro de dónde veníamos –Dictadura- y a dónde no queríamos terminar –Guerra Civil-, no es menos cierto que no veíamos por dónde se caminaba. Por eso mismo, durante la construcción del actual estado democrático se cometieron muchos errores, como se suele decir “errores de pardillo”. Por suerte, sin apenas referentes vivos –La Pasionaria y Alberti en el PCE, y pocos más- el relato terminó en historia feliz.

Pero ahora hablamos de un nuevo relato, un nuevo cuento, un nuevo libro. Y en esta historia, en esta época y sobre todo en este contexto la sociedad no va a permitir “errores de pardillo” a nuestros políticos. Y es lógico. Estamos hablando de políticos profesionales, que tienen estudios y que tienen detrás el amparo de 40 años de democracia y algunos también la Segunda República. Es decir, la sociedad considera que deberían estar perfectamente preparados, y que si no lo están es por que no son validos.

Por eso sería importante tener referentes en los que apoyarse, para que los políticos que están llamados a construir la nueva política y la nueva sociedad tengan donde apoyarse, y de quien aprender. Porque si no, por muchos estudios que tengan, continuarán cometiendo “errores de pardillo”, unos errores que pueden dar al traste con todas las reformas que el país necesita.

Entre pillos y referentes anda el juego
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