jueves. 28.03.2024

Promesas consistoriales rotas o fallidas

El ciudadano ya debería haberse acostumbrado a este tipo de situaciones, procedan del signo político que sea. Suele ser denominador común una desatención amplia del contribuyente en función del desembolso de impuestos que realiza.

Los vecinos dependientes de los Consistorios ya deberían encontrase acostumbrados a las “penumbras presupuestarias” que flotan en los mismos.

No dudo que en algunos momentos, dichos Municipios alberguen deseos de mejoras en sus respectivos ámbitos, pero en realidad, en el fondo, nos encontraremos casi siempre, delante de los famosos “cuentos de la lechera”.

El ciudadano ya debería haberse acostumbrado a este tipo de situaciones de promesas rotas o fallidas, procedan del signo político que sea. Suele ser denominador común una desatención amplia del contribuyente en función del desembolso de impuestos que realiza.

Santander no supone ninguna excepción en este aspecto dentro de los dislates que suceden en la geografía municipal nacional

Este autor, vive muy de cerca a través de la autoría de sus Artículos (www.modificadosobraspublicas.com) las distintas problemáticas municipales, y les puedo asegurar, que Santander no supone ninguna excepción en este aspecto dentro de los dislates que suceden en la geografía municipal nacional.

Existen ocasiones, como en la presente, que los problemas se agudizan con el problema de existencia de ratas.

Entonces, sí que surge una necesidad plena de “derecho” a la salubridad, exigiendo al Ayuntamiento su exterminio y la paralela limpieza y mantenimiento del lamentable e inadmisible estado del túnel, ateniéndonos a la prueba gráfica del mismo.

No demos por aceptado, pues, aquel pasaje de Esteban Echeverría, introductor del romanticismo en Argentina, perteneciente a la llamada Generación del 37, formado en Francia, que alentaba:

Cuentan que al oír tan desaforados gritos las últimas ratas que agonizaban de hambre en sus cuevas, se reanimaron y echaron a correr desatentadas, conociendo que volvían a aquellos lugares la acostumbrada alegría y la algazara precursora de abundancia...

Promesas consistoriales rotas o fallidas
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