jueves. 28.03.2024

Quién no ha ido nunca a visitar un faro en Cantabria. Tanto cántabros como visitantes de otros rincones del mundo, han dejado verse por los alrededores de los faros cántabros. No hay uno, ni dos: tenemos 9 faros en la costa de Cantabria a lo largo de sus 174 kilómetros. Desde el más cercano, al más longevo, como es el de Cabo Mayor, hacemos un recorrido por estas edificaciones que proyectan un haz de luz para los navegantes del mar cantábrico y unas excelentes vistas desde cerca del propio faro.

FARO DEL CABALLO EN SANTOÑA

No es el único faro ubicado en la villa. Tanto el Faro del Caballo como el Faro del Pescador, son dos de los rincones más visitados de la Bahía de Santoña, al pie de los acantilados del Monte Buciero.

En este caso, el Faro del Caballo es tan peculiar, que para poder acceder a él tienes que hacer una ruta de más de 700 escalones, 763 concretamente, que tienes que bajar y subir si quieres observar el faro de cerca. En los últimos años, se ha convertido en una visita obligada para cántabros y turistas. 

Otra de las cosas más peculiares de este faro, es que no está en servicio desde 1993 y aun así es uno de los más visitados y conocidos. Por su parte, entró en servicio en agosto de 1863. 

FARO DEL PESCADOR EN SANTOÑA

Aparte del Faro del Caballo, Santoña es tan privilegiado que posee el Faro del Pescador.  Acomodado también en el Monte Buciero, el acceso a este faro se realiza por una carretera que bordea el penal de El Dueso. 

La historia de este faro es que, originalmente existía un faro a la entrada de la Bahía de Santoña, en el cabo conocido como Punta del Fraile. Sin embargo, no marcaba bien la costa, por lo que en el año 1859 se decidió la construcción de este nuevo faro para poder dar un buen servicio a los barcos que navegaban por el Mar Cantábrico. 

Su estructura inicial constaba de una torre blanca cónica sobre un edificio que fue modificada en 1926 con la renovación del sistema de iluminación. La introducción de nuevos automatismos se tradujo en la supresión del personal, y esto llevó al derribo del edificio destinado a vivienda y la construcción de uno nuevo con una sola planta.

FARO DEL CASTILLO DE SANTA ANA EN CASTRO URDIALES 

El faro del Castillo de Santa Ana tiene su encanto porque está ubicado dentro del propio castillo. Se encuentra en la localidad cántabra de Castro Urdiales y fue encendido por primera vez en noviembre de 1853 y, desde entonces, es uno de los lugares más especiales de la zona y uno de los mejores castillos conservados del norte de España. El castillo, y por lo tanto el faro, está situado en una península donde también se encuentra la iglesia fortificada Sta. Mª de la Asunción, del siglo XIII, las ruinas de otra iglesia anterior, la de San Pedro, del siglo XII, y la propia ermita de Santa Ana, que está construida a modo de atalaya, unida al castillo mediante un puente. El castillo, así como la ciudadela, estuvo protegido por una muralla de entre 6 y 7 metros de altura, que conserva un pequeño lienzo muy deteriorado con las almenas y merlones originales. 

Este faro nacido en un castillo tiene unas vistas directas al mar, al puerto y al propio pueblo, por lo que no deja indiferente ni a castreños ni a turistas de otros rincones. Así, conforma uno de los faros más conocidos de Cantabria que puede ser visitado en el horario programado. 

FARO DEL TORCO DE AFUERA EN SUANCES

Suances cuenta con uno de los faros más hermosos de toda Cantabria. El faro de Punta del Torco de Afuera, conocido popularmente con el nombre que le da su municipio, se sitúa en la desembocadura de la ría de San Martín. Debido al peligro que entrañaba entrar a puerto, se incluyó en el Primer Plan de Alumbrado en 1861. Entró en funcionamiento dos años más tarde, en 1863. El faro fue construido a la entrada del puerto, en el mismo lugar donde se encontraba la batería de San Martín de la Arena, fortificación medieval que defendía Suances de incursiones enemigas. El edificio consta de una torre blanca truncada que deja el plano focal a 9,35 metros de altura sobre el suelo, y a 35 metros sobre el nivel del mar. Junto a la torre se encuentra una vivienda rectangular de una única planta, antigua residencia del farero

En sus comienzos el mismo utilizaba un sistema de iluminación basado en lámpara de aceite. Con el tiempo, fue cambiado por una lámpara de mecha y una lente Fresnel, que le dotó de una mayor visibilidad. Desde allí se puede disfrutar de unas vistas privilegiadas de toda la zona costera. 

FARO DE PUNTA DE LA SILLA EN SAN VICENTE DE LA BARQUERA

El Faro de Punta de Silla o también conocido como el Faro de San Vicente de la Barquera, se encuentra en esta misma localidad costera de Cantabria, una de las más visitadas por los turistas a lo largo del año.

Su construcción fue incluida en el Primer Plan de Alumbrado, bajo el reinado de Isabel II, entrando en funcionamiento el 27 de diciembre de 1871

Su construcción fue incluida en el Primer Plan de Alumbrado, bajo el reinado de Isabel II, entrando en funcionamiento por primera vez el 27 de diciembre de 1871. Este edificio consta de una torre de mampostería, con forma prismática cuadrangular y esquinas en sillería. A su vez, se encuentra en la pared norte de una vivienda rectangular de una sola planta. Este faro se encuentra a 43 metros sobre el nivel del mar, siendo la torre de 9,43 metros de altura.

Inicialmente, este faro utilizaba aceite de parafina para dar luz y avisar a los navegantes de la proximidad de la costa, pero sucesivas reformas han ido ampliando sus características lumínicas para dar un buen servicio a la costa y a sus navegantes. Se utiliza desde entonces una linterna con un sistema de varios paneles giratorios montados sobre un flotador de mercurio y un haz de luz blanca que conforma su presencia. 

EL FARO DE AJO LUCIRÁ LOS COLORES DE OKUDA

El faro de Ajo, en el municipio de Bareyo, lucirá este verano los colores y las figuras características del artista cántabro Okuda San Miguel.

El proyecto, en el que colaboran el Gobierno de Cantabria, la Autoridad Portuaria, propietaria de la finca, y el Ayuntamiento de Bareyo, consiste en pintar con más de 72 colores el Faro de Ajo. La obra de Okuda asciende a 40.000 euros financiados al 50% entre el Ayuntamiento de Bareyo y la Autoridad Portuaria y que ahora se realizará mediante un convenio entre las dos administraciones, Ayuntamiento y Autoridad Portuaria por un tiempo de cuatro años que serán prorrogables o el Faro pasaría a su estado original, pintada en blanco. De esta manera, Okuda volverá a llevar su mensaje de color y optimismo a un soporte singular como es este edificio, construido en 1981 y que constituye el punto más septentrional de la costa de Cantabria.

Se trata de la primera intervención de su trayectoria en un faro

Durante el acto de presentación, celebrado este jueves en el Palacete del Embarcadero, el artista ha explicado que se trata de la primera intervención de su trayectoria en un faro, si bien ha dejado su firma en otras estructuras cilíndricas similares en el puerto de Sicilia, en Sacramento (EEUU) o en puntos del interior de Castilla.

Okuda se ha mostrado encantado de volver a trabajar en su tierra y plasmar su arte en un proyecto que recopilará parte de su iconografía, "la más cercana a lo que transmite Cantabria", pero cuya ejecución final -ha apuntado- no está aún cerrada, puesto que en su ADN está "mantener la creación viva" en todo momento. En el acto, el presidente regional, Miguel Ángel Revilla, ha asegurado que este proyecto será una "atracción importante" para Bareyo y para Cantabria, y "el comienzo de algo mucho mayor" en un lugar que, según ha dicho, "es una locura" por su espectacularidad paisajística y por el potencial que tiene la finca, de 17 hectáreas, para convertirse en un espacio dedicado a la cultura.

Las instituciones tienen la tarea de "reconvertirlos" en espacios abiertos al público de otro tipo, afirma Revilla

Revilla, que ha confesado ser un admirador del artista santanderino -"todo lo que hace me maravilla"-, ha señalado que los faros, como el de Ajo, tuvieron en el pasado una función fundamental para la navegación marítima, pero hoy en día han perdido ese uso y las instituciones tienen por delante la tarea de "reconvertirlos" en espacios abiertos al público de otro tipo.

"Hay que sacarle rendimiento para que vengan a ver la obra de Okuda, exposiciones al aire libre y darse un paseo, que ya lo tenemos hecho, por toda la costa, viendo el Mar Cantábrico", ha manifestado el presidente, que augura un gran éxito a esta iniciativa por el interés que va a despertar la obra en sí y por la "monumentalidad" del lugar, que es "único".

También han estado presentes en el acto los consejeros de Turismo, Marina Lombó, y de Industria, Francisco Martín; la delegada del Gobierno, Ainhoa Quiñones; el presidente de la APS, Jaime González; el alcalde de Bareyo, José de la Hoz; la directora general de Turismo, Eva Bartolomé, y el propio Okuda San Miguel, entre otros.

Jaime González ha destacado el interés del Puerto de Santander por contribuir a dinamizar Cantabria con una iniciativa, en este caso de índole turística, que servirá de reclamo para el visitante. Además, ha anunciado la celebración en Santander, los días 22 y 23 de julio, de la reunión de presidentes y directores de los puertos del Estado, a quienes se les dará a conocer esta actuación que es la primera de estas características que se realiza en un faro y que, en su opinión, tendrá réplica en otros lugares de España. 

Por su parte, José de la Hoz ha agradecido la participación de las diferentes instituciones en un proyecto que lleva fraguándose 10 años y que aspira a tener continuidad en el futuro con otras iniciativas culturales al aire libre que pongan en valor este entorno situado en un enclave estratégico, a medio camino entre el Museo Guggenheim de Bilbao y el Centro Botín de Santander.

Faro de AjoFaro de Ajo​

EDIFICIO

En 1907 se proyectó este faro como uno de los más importantes del Cantábrico, similar al faro de Cabo Mayor. Estaba prevista la construcción de una torre de 18 metros de altura, junto con una vivienda rectangular de dos plantas en la que podían vivir hasta 6 fareros, y sala de máquinas independiente.  Sin embargo, cuando en 1914 se electrifica el faro de Cabo Mayor, dada su mayor potencia, se cancela el proyecto por considerar que ya no es necesario. 

Desde el Ayuntamiento de Bareyo, al que pertenece Ajo, se insiste sobre su idoneidad y tras tres naufragios ocurridos en la zona se aprueba de nuevo el proyecto del faro en 1921, comenzando a construirse en 1928. 

En agosto de 1930 se inaugura el faro, siendo el más nuevo de Cantabria, más modesto que en la idea original, pues incluso la vivienda pasa a tener una sola planta. En 1980 el ingeniero Fernando Rodríguez Pérez proyecta una nueva torre circular, realizada en hormigón, dejando el plano focal a 10,73 metros del suelo, y a 71 metros sobre el nivel del mar.

Un recorrido por los faros de Cantabria 
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