jueves. 28.03.2024

La sangría económica y emocional de las prejubilaciones

Concluir la vida laboral cuando alguien está en la mejor edad es una total incongruencia, además de una sangría económica para cualquier país. Con las prejubilaciones, perdemos a diario trabajadores muy cualificados, caso de la banca, sin que el hecho cause alarma alguna. Importar es valorar, reconocer, agradecer, y tratar siempre de motivar al profesional. Me temo que no es actualmente el caso español.

Cuando el griego Hipócrates escribió que “los hombres deberían saber que del cerebro vienen las alegrías, el ocio, las penas y el abatimiento”, aún no existían  las prejubilaciones. De hecho, queda mucho aún por avanzar en el laberinto cerebral, y aprovecho para dar las gracias al neurólogo inglés John Hughiling Jackon, quien en 1878 describió el hemisferio izquierdo de nuestro cerebro como el centro de la facultad de expresión. Con este lado de la cabeza mayormente nos defendemos. En cambio, el hemisferio derecho es más peliagudo, dado que concibe todo o nada, situaciones y pensamientos, dejando muy claro que no estamos hechos para la crisis, el paro, la política actual, la corrupción o ver cómo se le va la mirada a nuestros hijos, interpretando como padres que antes pasaron por lo mismo que su pensamiento busca respuesta a un viejo interrogante: ¿alcanzaré mis metas?

España como país cuenta con dos vicisitudes que tampoco ayudan mucho a esto de mantener una mente sana. Somos en primer lugar muy desagradecidos. Sigue lo olvidadizos que somos de hechos y personas, si exceptuamos la Guerra Civil y Franco. No llegué a escribir un artículo con la marcha de Cristiano Ronaldo del Real Madrid, pero entiendo perfectísimamente que su entorno justificara el traslado del futbolista a Italia, a pesar de ganarlo y tenerlo todo, ante la falta de cariño del club y una parte de la afición. Muchos otros profesionales albergan el mismo sentimiento durante toda su vida laboral, y cuando te enfrentas a una jubilación anticipada, que nunca esperaste, el desconcierto y sufrimiento personal cobran un perturbador protagonismo

Cuando te enfrentas a una jubilación anticipada, el desconcierto y sufrimiento personal cobran un perturbador protagonismo

En la asignatura de economía se estudia que la mejor inversión de una empresa se halla en la formación y satisfacción de sus trabajadores, lo que hace que se impliquen totalmente en la productividad y competitividad de la firma o institución en la que desempeñan su labor. Hoy encontramos dentro del sistema productivo español los peores ejemplos en la banca, los medios de comunicación y las Administraciones, donde la edad no significa ya reconocimiento a una buena trayectoria o transmitir a los jóvenes unos valiosos conocimientos al acceder a su primer puesto de trabajo. Mencio, el gran filosofo chino escribió en uno de sus libros algo que viene muy al momento de lo que pasa hoy por la cabeza de muchos trabajadores españoles, sin olvidar las graves consecuencias que ha dejado la última gran crisis económica: “Si  lo que haces es en vano, mira siempre en tu interior y hallarás la respuesta”.

La impresentable Reforma Laboral que se mantiene en vigor nos avergüenzan dentro de la Unión Europea

Hay que descubrirse ante el coco de Mencio pero no ante el ejemplo que nos pone, algo que se explica claramente con el poco reconocimiento que hay en España hacia los profesionales, su labor y capacidad. Los colegios profesionales lo saben muy bien. La impresentable Reforma Laboral (¡que se mantiene en vigor!) ha puesto el resto: trabajo barato, mal pagado y millones de asalariados que subsisten mensualmente con unos sueldos que nos avergüenzan dentro de la Unión Europea. El otro lado oscuro de esta situación es permitir la drástica reconversión en sectores, como la banca, que deja en casa a miles de personas cuya gran capacidad de gestión se pierde en manos de una sociedad que no lo valora, en absoluto. España como marca busca consolidarse cada vez más en el mundo, aunque la motivación laboral en en propio país sea la que es: nula. Hay que volver a los sueldos dignos, mejorar los que fueron restados en empresas y Administraciones Públicas (en unas más que en otras), y generar en la juventud alicientes y valores profesionales que nos hagan sentir que, verdaderamente, la riqueza se distribuye en base a la igualdad de oportunidades que hay que crear en todos los campos y sectores. Y, ahora, España, no es así.

La sangría económica y emocional de las prejubilaciones
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