jueves. 28.03.2024

¿Sería posible un pacto de izquierdas a la portuguesa?

El regreso de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE después de unas dramáticas primarias no inspira confianza a Unidos Podemos, es más aceptable que Susana Díaz, pero cunden las interrogantes.

Portugal es ese pequeño país vecino y amigo de España que con una coalición de izquierdas reduce mucho mejor el déficit. El país de Camôes con políticas sociales cumple su objetivo, mientras Rajoy con la ortodoxia de la austeridad, no. Bruselas mantiene a España en el procedimiento de déficit excesivo y le exige más recortes, subida del IVA y luchar contra la corrupción. ¿Sería posible un pacto a la portuguesa en España? El regreso de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE después de unas dramáticas primarias no inspira confianza a Unidos Podemos, es más aceptable que Susana Díaz, pero cunden las interrogantes: ¿Se volverá a plegar a Prisa, Ibex y enemigos internos? ¿Le temblará el pulso para jubilar a Felipe González? ¿Optará otra vez por Ciudadanos y no por Podemos? Pedro Sánchez procede del aparato del partido es más de lo mismo sin faralaes en la feria de Sevilla. Apoyó el cambio del artículo 135 de la Constitución, la primera reforma laboral y ajustes durante los dos últimos años de Zapatero. Continuismo. El PSOE es otro ejemplo de muerte de la socialdemocracia europea por asumir políticas neoliberales. Todo queda en el aire, pero el PSOE -también el de Sánchez- está más preocupado en lo doméstico y en no perder el espacio de la hegemonía de la izquierda sociológica. La primera prueba de fuego será la moción de censura presentada por Unidos Podemos. Será interesante comprobar el talante del PSOE.

El PSOE es otro ejemplo de muerte de la socialdemocracia europea por asumir políticas neoliberales

Pero siempre nos quedará Portugal. El milagro económico, después de los nefastos gobiernos del socialista José Sócrates (imputado por corrupción) y el conservador Passos Coelho que llevó al país a los recortes salvajes, será estudiado por politólogos de medio mundo. Los medios de comunicación más prestigiosos europeos como la BBC, Le Monde y The Guardian han elogiado al gobierno luso con reportajes detallados. En noviembre de 2015 llegó al poder una alianza de izquierdas en Portugal encabezada por el primer ministro socialista António Costa, exalcalde de Lisboa, con el apoyo parlamentario del Bloco de Esquerda (aliados de Podemos) y el ortodoxo Partido Comunista Portugués que jamás hasta entonces había pactado con el Partido Socialista., poco después de que Grecia hubiese escapado por muy poco a un derrumbe financiero absoluto.

Pero mientras los griegos han estado inmersos desde entonces en una brutal terapia de austeridad económica que sigue sin reactivar la economía, los portugueses han logrado lo que a algunos equivale a la cuadratura del círculo: han rebajado el déficit fiscal al tiempo que han aumentado los salarios y las pensiones de los empleados y jubilados.

Aumenta la demanda interna

Más que austeridad acérrima, lo que los países europeos necesitaban eran medidas que alentaran la demanda interna para impulsar el crecimiento

Según la publicación británica The Economist en 2016 Portugal redujo el déficit fiscal a la mitad hasta alcanzar el 2,1% del Producto Interno Bruto (PIB), el mejor resultado desde revolución de los claveles en 1974. La economía lleva creciendo tres años seguidos y, lo que es mejor, el gobierno presidió sobre un regreso de los salarios y pensiones al nivel que tenían antes de la crisis financiera.

El gobierno de Costa parece dar sustento a lo que muchos economistas heterodoxos venían advirtiendo sobre la respuesta a la crisis global: que, más que austeridad acérrima, lo que los países europeos necesitaban eran medidas que alentaran la demanda interna para impulsar el crecimiento. Es decir, si el gobierno gastaba más, reactivaría la economía, aumentaría la recaudación de impuestos y eventualmente reduciría el déficit fiscal existente.

Portugal había ensayado un fuerte paquete de austeridad  entre 2011 y 2014, denominado trienio de la Troika.  A cambio de eso recibieron 78.000 millones de euros de la Comisión Europea (CE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) en ayuda para pagar su deuda. Pero en ese 2014 el crecimiento del PIB era negativo y el desempleo llegaba al 15%. Los economistas dudan sobre la deuda de Portugal es sostenible. Costa llegó al poder un año después a la cabeza de una coalición de izquierdas, prometiendo el fin de la austeridad a ultranza. Y en menos de 24 meses tiene resultados tangibles a la vista. El Banco Central  Europeo (BCE) estima que para 2019 el desempleo habrá bajado, al tiempo que las exportaciones se incrementarán en un 6%.

Desde luego, esta no es una economía exenta de problemas. Como indica The Economist, la Comisión Europea (CE) sigue alertando de la fragilidad de los bancos portugueses. El gobierno criticó al FMI y a la CE por no ofrecer suficiente ayuda a Portugal durante los peores años de la crisis. Y está además, pese al déficit fiscal decreciente, una deuda externa que va en aumento y que puede llegar a 131% del PIB, como lo reportó el semanario británico. No obstante, el contraste entre la mejora de las condiciones sociales en Portugal con el deterioro de las mismas en otros países europeos es notorio, como lo es también el impacto político de esa recupera.

Lo cual revela un oasis de relativa tranquilidad política en medio de la preocupante turbulencia europea. La experiencia portuguesa parece sustentar la idea de que la economía no es una ciencia exacta. Los remedios estándar a los problemas económicos, como la austeridad extrema, no han llevado siempre a la solución ideal. Portugal sigue buscando la suya, aunque en este caso lejos del camino de la austeridad económica del FMI. ¿Sería posible trasladar este pacto de izquierdas en Portugal a España? ¿Estaría por la labor Pedro Sánchez de pactar Pablo Iglesias un programa para la gente que urge echar a Rajoy o volverá a abrazar al neoliberalismo de Ciudadanos? Hay que tener altura de miras.

¿Sería posible un pacto de izquierdas a la portuguesa?
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