viernes. 19.04.2024

Setién

Los grandes deportistas enaltecen a sus lugares de origen. Induráin puso en el mapa mundi a Villava (Navarra). Ballesteros resituó a Pedreña y Setién recuerda que Santander es tierra de entrenadores en un mar de confusión denominado fútbol profesional.

Para Aureliano Crespo, lector inteligente

Setién arroja 1.080.000 resultados en apenas 0,47 segundos de búsqueda en Google. Y no es el pueblo de Marina de Cudeyo ni el polémico obispo emérito de San Sebastián. Es Quique Setién, quizás el entrenador de moda, quizás el próximo técnico del Barcelona, quizás el santanderino más conocido en España. Tiene el futuro próximo a su favor.

Cuando empezó a triunfar era apenas Quique. Su llegada al Atlético de Madrid le añadió el Setién para distinguirle de Quique Ramos. Setién era terciopelo en un Racing de tergal que dirigía el mítico Maguregui. Marcaba de cabeza y hasta de falta. Marcaba incluso la diferencia. El legendario Miguel Muñoz le llevó convocado al Mundial de Méjico de 1986. Pero casi no le sacó ni del hotel.

El legendario Miguel Muñoz le llevó convocado al Mundial de Méjico de 1986. Pero casi no le sacó ni del hotel

Los grandes deportistas enaltecen a sus lugares de origen. Induráin puso en el mapa mundi a Villava (Navarra). Ballesteros resituó a Pedreña y Setién recuerda que Santander es tierra de entrenadores en un mar de confusión denominado fútbol profesional. Setién escribe mucho mejor que habla. Fue columnista lúcido y lucido de “El País”, aunque ahora acostumbre a decir “tocao”, “preparao” o “jugao”. Tiene un hijo futbolista, Laro Setién, que tal vez no le llegue a la suela del borceguí.

De perfil griego, figura apolínea y muy pocas palabras, es el primer entrenador que no hace reír en Sevilla. Su retranca y discutible sentido de la ironía encajan en el Benito Villamarín como Coto Matamoros en la Real Academia de la Lengua. Nada.

En septiembre cumplirá 61 años, formidable edad para triunfar y poder contarlo. Ama la pelota. Odia el 0-0. Y añora cuando escribía las crónicas del equipo juvenil en el que triunfó, el Perines. Uno de sus ex jugadores del Betis, Boudebouz, le hizo un caño en un entrenamiento y Setién le agarró por el cuello para mostrarle de una vez su jerarquía. Tiene esa mala leche cántabra propia de la buena gente.

Setién entrenador es más importante que Setién pueblo. Pero solo en Internet. El Racing le fichó a cambio de 40 pares de botas para sus ex del Perines. El Barça le cambiaría al peso por el Txingurri Valverde. Sin olvidar su talla, su perímetro torácico y su musculatura. Las tres muy superiores a la media. Aunque no metiese a su EuroBetis en la final de la Copa.

Setién cotiza al alza. Como AENA. Pero sabiendo que volará más alto. Permanezcan atentos a la pantalla.

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