martes. 23.04.2024

SNIACE

La tozuda realidad nos ha llevado hasta una situación límite en la que no valen ya las declaraciones de apoyo emitidas en las últimas horas por partidos políticos, ayuntamientos o asociaciones. 

Hace unas semanas Sniace cumplía 80 años. No hubo tarta ni velas, no estaba el horno para bollos. La papelera abría sus puertas un 1 de diciembre de 1939, con sede social en Madrid y oficina en Barcelona.

Desde el principio la fábrica pasó a formar parte de la ciudad y la comarca. Cientos de familias han tenido un abuelo, un padre o un hijo que ha trabajado en la “Isniace”.

Eran tiempos en los que las empresas tenían una incidencia no sólo en la economía sino en la parte social. Así, Sniace tuvo una gran influencia en la vida deportiva y cultural de la comarca del Besaya. El complejo deportivo con velódromo, pistas de atletismo y campos de fútbol se completaba con el pabellón polideportivo, las pistas de hockey o el Casino. Muchos de sus trabajadores vivían en el Poblado de Sniace.  

Cientos de familias han tenido un abuelo, un padre o un hijo que ha trabajado en la “Isniace”

La historia industrial de Sniace está íntimamente ligada a la explotación de los recursos naturales de la región, montes, ríos, etc. y los consiguientes problemas medio ambientales.

Su condición de enfermo crónico ha provocado una relación inusual entre sus plantillas y los sucesivos consejos de administración. Se podría decir que el mejor de sus activos han sido siempre sus trabajadores (“que buen vasallo si hubiese buen señor”). 

El futuro de la papelera, para muchos, estaría condicionado a la recalificación de sus terrenos industriales en desuso. Pero la tozuda realidad nos ha llevado hasta una situación límite en la que no valen ya las declaraciones de apoyo emitidas en las últimas horas por partidos políticos, ayuntamientos o asociaciones. Los homenajes, en vida del homenajeado…y los apoyos y esfuerzos cuando las empresas están abiertas.

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