viernes. 19.04.2024

El todavía presidente del PP de Cantabria, Ignacio Diego, y la aún secretaria general del partido, María José Sáenz de Buruaga, afrontan una lucha encarnizada por presidir –y controlar– la formación a partir del 8 o del 25 de marzo.

El plazo de presentación de candidaturas para las primarias del 8 de marzo finaliza a las 20:00 horas de este miércoles y todo apunta a que sólo habrá dos candidatos: Diego, que ha presentado sus avales en la tarde de este martes, y Buruaga, que presentará los suyos en la mañana de este miércoles. Si uno de ellos obtiene más de la mitad de los votos válidos de los militantes y además saca más de 15 puntos porcentuales de ventaja al otro, será el único candidato a presidir el PP de Cantabria en el congreso del 25 de marzo en el Palacio de Exposiciones de Santander. Si no, ambos se disputarán la Presidencia del partido en ese congreso, en el que ya no decidirán los militantes sino 975 compromisarios; 780 de ellos elegidos en las primarias del 8 de marzo y 195 natos, por pertenecer a la Junta Directiva del PP de Cantabria o a la Comisión Organizadora del 12 Congreso del partido, encargada de los trabajos previos al desarrollo del cónclave.

La convulsión que atraviesa el PP de Cantabria la demuestran hechos como que el vicesecretario de Organización y Política Local del partido, Santiago Recio, fuera nombrado presidente de esa Comisión Organizadora el 14 de febrero y presentara su dimisión sólo ocho días después para unirse a una de las dos candidaturas, concretamente a la de Diego. Fue sustituido de urgencia por la gerente de la formación, Jesusa Sánchez.

Han reclamado un debate sin “mensajes hirientes”, “insultos” ni “ofensas personales”

Tanto Diego, ‘número uno’ del PP de Cantabria desde 2004, como Buruaga, ‘número dos’ del partido desde ese mismo año, han reclamado este lunes –eso sí, por separado– un debate sin “mensajes hirientes”, “insultos” ni “ofensas personales”, lo que da una idea de por dónde ha discurrido el debate que ha venido produciéndose hasta la fecha.

Las fuerzas están más o menos repartidas. Diego cuenta con el apoyo de los tres senadores del partido –Javier Fernández, Blanca Martínez y Esther Merino–, del presidente de Nuevas Generaciones, Javier Fernández Soberón, de parlamentarios autonómicos como Eduardo Van den Eynde o Cristina Mazas y de la mayoría de los alcaldes de las zonas rurales. Por su parte, Buruaga cuenta con el respaldo del ministro de Fomento, Íñigo de la Serna; de los dos diputados en el Congreso –Ana Madrazo y Diego Movellán–, de parlamentarios autonómicos como Isabel Urrutia o Íñigo Fernández y de la mayoría de los alcaldes y concejales de las zonas urbanas, incluida la alcaldesa de Santander, Gema Igual.

Van den Eynde ha llegado a acusar a Buruaga de “traicionar” a Diego y de “maniobrar en la sombra”, y Bedia, exparlamentario autonómico también afín a Diego, ha llegado a referirse a la secretaria general como “María José Sáenz de ‘Gorostiaga’”, un supuesto chiste para equiparar a la ‘número dos’ del PP de Cantabria con la ex secretaria general del PSC-PSOE que pactó con Miguel Ángel Revilla para gobernar junto a él de 2003 a 2011.

La reedición o no del pacto del PP con el PRC de Revilla es el principal punto de discrepancia

Y es que la reedición o no del pacto del PP con el PRC de Revilla –ambos partidos gobernaron conjuntamente Cantabria de 1995 a 2003– es el principal y auténtico punto de discrepancia política entre Diego y Buruaga. El primero es partidario de no pactar con el PRC aunque eso suponga tener que continuar en la oposición tras las autonómicas de 2019, mientras que la segunda prefiere volver al Gobierno cántabro aunque eso suponga tener que pactar con el PRC.

Partidarios también de tender puentes con el partido de Revilla para poder volver al Gobierno autonómico son también en Génova 13, donde no ha gustado nada la candidatura de Diego. El PP que preside Mariano Rajoy había apostado por una candidatura única –“de integración”–, que el ‘número uno’ y la ‘número dos’ del PP de Cantabria se acusan mutuamente de no haber facilitado. Finalmente habrá dos candidaturas, ambas dispuestas a afrontar una lucha encarnizada por el control del partido mientras la sombra de Juan Hormaechea, el político que partió en dos la formación hace un cuarto de siglo, planea sobre la sede de la santanderina calle Joaquín Costa.

La sombra de Hormaechea planea sobre Joaquín Costa
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