viernes. 29.03.2024

A tenor de lo escrito por Plácido

Ocho cantantes y una bailarina le acusan de acosador sexual. Acaso no fueron acosos traumáticos, pero sí reiterados en el tiempo. La Historia siempre ha soportado mal la fiebre inesperada del revisionismo.

Se cumple la primera semana de aplicación de la denominada pena del telediario para Plácido Domingo. Una condena mediática que acarrea la accesoria de que el tenor no vuelva a disfrutar por muy largo tiempo de un domingo plácido. Tampoco de un lunes o un miércoles de sus próximas y agitadas semanas.

A tenor de lo escrito en su comunicado, el tenor pudo frecuentar bastantes más mujeres que su propia esposa. Léase el tenor literal de esta frase: “Creía que todas mis interacciones y relaciones siempre eran bienvenidas y consensuadas". No se necesita una sobrelectura entre líneas para concluír que el soberbio artista ha tenido una fecunda y grata polivalencia.

La pregunta es si resulta posible que alguien que canta como los ángeles haya tenido durante décadas un comportamiento diablesco

Ocho cantantes y una bailarina le acusan de acosador sexual. Acaso no fueron acosos traumáticos, pero sí reiterados en el tiempo. La Historia siempre ha soportado mal la fiebre inesperada del revisionismo. Domingo tiene 78 años y los hechos relatados a la agencia norteamericana Associated Press por las nueve mujeres corresponden a la madurez del tenor, años 80 y 90. El polémico y brillante Arcadi Espada ha recordado que algunos hombres usan el poder para obtener sexo y algunas mujeres utilizan el sexo para obtener poder. Ahora le corresponde al lector poner nombre a cada caso y apellidar a sus protagonistas. El sexo como sexto sentido.

Plácido Domingo ha conseguido reverdecer el viejo telón de acero que dividió la Europa de la OTAN y la del Pacto de Varsovia, sustituyendo la versión militar por la operística. Estados Unidos suspende sus actuaciones y Europa las confirma. Viena, Milán y Madrid se enfrentan a Filadelfia, San Francisco y, tal vez, Nueva York.

La pregunta es si resulta posible que alguien que canta como los ángeles haya tenido durante décadas un comportamiento diablesco. Lean de nuevo el tenor del comunicado escrito por el tenor: “Las reglas y estándares por los cuales somos, y debemos ser medidos hoy, son muy diferentes de lo que eran en el pasado”.

El dueño de tan prodigiosa voz ha pedido la vez para improvisar un comunicado nada provisional, sino definitivo. El tenor literal de ese texto huye de cualquier pretexto e incide en el contexto. Eran otros tiempos. Pero resulta que esas décadas presuntamente voluptuosas del genio madrileño se empiezan a juzgar hoy.

Porque hasta ahora todo era coser y cantar.

A tenor de lo escrito por Plácido
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