miércoles. 24.04.2024

La sociedad está muy concienciada con el maltrato animal. Pero muchas veces ese compromiso puede llevar a confundir a aquellos que cuidan de sus animales con los que les torturan o, simplemente, les dejan morir. Eso le ha ocurrido a A. G., menor de edad que tiene a su cargo 23 cabras en Liérganes y que ha sido denunciado por el Partido Animalista-PACMA por el “total abandono y desnutrición” en el que se encuentran los animales. “Eso es totalmente falso”, ha afirmado el afectado.

La denuncia de PACMA, de la que no tiene constancia, se produce a raíz de las quejas de una vecina por la presencia de animales en la finca colindante. Sin embargo, y como se aprecia en la documentación y las fotos que aporta la familia del joven acusado de maltrato, todos sus animales están en perfecto estado.

El Documento Sanitario de Movimiento desde Tudanca hasta Liérganes, que tiene como responsable a su madre, B. R., especifica claramente los identificadores de todos y cada uno de los animales, y cuenta con la consecuente firma del veterinario oficial.

La familia ha puesto en manos de un abogado el caso, y ha consultado con la Guardia Civil los pasos a seguir

“Yo no soy un maltratador”, señala el joven visiblemente afectado. Como ha relatado a este diario, la jornada siguiente a que la noticia saltara a los medios ha sido terrible para él. Con miedo a que pudieran quitarle los animales, a los que atiende varias veces a la semana y les da de comer tres veces al día, se mantuvo con ellos sin descanso hasta bien entrada la tarde.

Pero lo peor ha sido tener que leer y escuchar comentarios de personas que desconocen el caso y que le han llamado “de todo”. “No hay derecho a que la gente pueda decir lo que quiera y denunciar sin conocimiento”, ha señalado una amiga de la familia.

Origen del problema

Los posibles problemas de la explotación ganadera se remontan a antes de que el joven se hiciera cargo de ella, allá por marzo de 2014, como consta en el registro de la Dirección General de Ganadería del Gobierno de Cantabria. Antes había sido su padre quien llevaba la explotación, y bajo su cuidado fue cuando los animales registraron un mal estado que fue denunciado al SEPRONA. Ante esta denuncia, la Guardia Civil acudió a la explotación y se llevó a los animales en mal estado.

“Pero después de eso no ha pasado nada”, ha asegurado el joven, algo que sostiene el hecho de que, desde que actuó el SEPRONA, no se ha vuelto a denunciar nada por parte de ningún vecino.

Preguntados por el origen de la denuncia, la familia parece tener claro que proviene de una vecina. Al menos, es la única que increpa a la madre que “te van a quitar los animales” cada vez que cruzan sus caminos.

Ante esto, la actuación a seguir parece clara. La familia ha puesto en manos de un abogado el caso, y ha consultado con la Guardia Civil los pasos a seguir de cara no solo a defenderse de los ataques sufridos, sino a restaurar la reputación de la explotación ganadera y su joven propietario.

“Es totalmente falso que maltrate a mis animales”
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