viernes. 26.04.2024

Las buenas intenciones

Nuestra mala conciencia no es nada comparada con la que deben de tener quienes llenan las noticias con sus promesas y palabras vacías.

Al empezar el nuevo año muchos hacemos aquello tan tópico y típico, e incluso tan bíblico como "el propósito de enmienda" nos presentamos ante el mismo, con nuestras buenas intenciones, esto es nuestro programa electoral, quizás poco renovado y elaborado por la mala conciencia de algunos días de excesos.

La mayoría empezamos por el exterior, la carcasa, aquello que nos devuelve sin piedad, ni atenuantes, ni edulcorantes, por ese notario de la realidad que es el "puñetero" espejo. Bajar esos kilos de más, es una tarea de titanes, se pegan a uno con cariño, ¡cómo se agarran los condenados a nuestra cintura!, y no hay forma de darles esquinazo;  en unos días, nos daremos cuenta que sólo los bajaremos en el ascensor. Entonces si no podemos por las buenas, "se van a enterar estas grasas no deseadas", y de cabeza a apuntarnos al gimnasio, porque muchas veces piensas que con pagar la cuota del trimestre ya tienes los abdominales de Ronaldo.  ¿Será verdad "que el dinero no lo da todo"?.

Otro clásico es cuidar nuestra alimentación,  las dietas milagrosas, las del tomate, las de la manzana, la de la coliflor, las mediopensionistas.., y eso sí, con todas beber mucho agua, como para llenar un pantano que es milagrosa,  y sobre todo aquello que depende de lo que introducimos por esa boca. Esa dieta baja en sal para la tensión, baja en azúcar para la diabetes, baja en calorías, baja, baja...

También hay que alimentar, más y mejor, nuestro ya mermado intelecto, eso de  "quien no sabe escribir es un analfabeto, y quien no sabe inglés es una analfabeto internacional," que tanto daño ha hecho a nuestro bolsillo, y tanto bien a algunas academias y fascículos. Empiezas en septiembre y vuelves a pecar en enero, como todos los años haciendo el leve esfuerzo, quizás hasta llegues a matricularte, pero según pasan las hojas del calendario el idioma de William Shakespeare huye de nosotros y se refugia en el olvido.

La conciencia, esa conocida que nos da consejos en soledad, también aporta su parte, que hay que ser mejor persona, que si dedicar más tiempo para la familia, ser más amable, más solidario, colaborar con el 0,77% contra el hambre y otras ONGs, tener más paciencia, dicen que si lo escribes 100 veces aumenta la misma, pero algunos no somos capaces de escribir tanto, la paciencia no se puede gastar el primer día.  También esta  aquello  tan hermoso de cuidar a los amigos "que son un tesoro",  que es verdad, aunque algunos se empeñan en disimularlo, estamos dispuestos a que no crezca la hierba en el camino de esa amistad, algunas veces la distancia, la rutina es el olvido y el trabajo su mejor ayudante.

Ahora bien, si queremos tener una sensación de bienestar, de no culpabilidad, sólo tenemos que mirar a nuestro alrededor y ver lo que hacen aquellos que ocupan los altos cargos de representación de nuestros país.  Esos si que no cumplen su programa electoral. Nuestra mala conciencia no es nada comparada con la que deben de tener quienes llenan las noticias con sus promesas y palabras vacías. El 2015 o el año fallido, así posiblemente tendremos que repetir las elecciones en Cataluña,  parece que no han servido ni para formar Gobierno. Las Generales llevan el mismo camino; a eso hay que añadir las del País Vasco y Galicia que vienen de serie, pobres de nosotros, esto no hay cuerpo electoral que lo aguante.

En Cataluña hemos visto el sainete de Mas, la CUP, los otros y el Procés Constituent. Al final hay sorpresa y el Alcalde de Girona era el tapado. La política nacional no anda mucho mejor, no nos deja descansar, que si líneas rojas, que si los barones, los de la periferia, y vuelta la mula al trigo con la gran coalición, o la minoría de derechas o la de izquierdas, para después de unos meses de marear al personal, posiblemente a volver a repetir, a no ser que haya otro tapado como en Cataluña, que en este país todo es posible.

Volverán los viejos, y ya todos unos clásicos, casos de corrupción: desde la Monarquía y el caso Noos, la Gúrtel, Bárcenas y las cuentas del PP, las tarjetas black u opacas con el tándem de Bankia, Rato y Blesa a la cabeza, Pujol & family y siempre nos quedará Andorra, la Púnica con Granados, sus suegros y company, hasta los EREs con Griñan y Chavés ...Aparecerán nuevos casos y crecerán los viejos, eso no falla... pero ¿qué hemos hecho para merecernos este castigo?.

Siempre está el tópico de  "año nuevo vida nueva " aunque debe ser sólo para aquellos afortunados, tocados por la varita mágica de la suerte. Tengo la sensación que nuestras buenas intenciones, nuestro programa electoral a pesar de los incumplimientos, de muchas ideas que se quedan en el camino, están mucho más cerca de su cumplimiento que la de aquellos de nos prometen el paraíso en la tierra, pero que luego ni hay tierra, ni hay paraíso.

Las buenas intenciones y los buenos propósitos se pueden resumir, en la frase de Benjamín Franklin "No anticipar las tribulaciones, ni temer lo que posiblemente no va suceder. Vivir siempre con unas gotas de optimismo". Que cuesta lo mismo y hace la vida más fácil.

Las buenas intenciones
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