viernes. 29.03.2024

La carrera de las vacunas...

La competencia entre empresas y laboratorios hace que todos estén en una carrera por ser los primeros o al menos de los primeros en colocar sus productos en el mercado. Ahora bien también tiene grandes inconvenientes, cuando en esa carrera se pueden hacer trampas, y puede haber sospechas de que el regulador, el árbitro a veces lleva los colores de alguna empresa en su chequera y los jamones de cierta marca determinada en su despensa. 

Hay en el mundo actualmente más de 150 laboratorios buscando la vacuna contra el coronavirus, en una carrera por ser la primera, la mejor y la más eficaz. Ser los primeros en anunciarlo tiene enormes consecuencias económicas, y de prestigio para las empresas, para esos laboratorios e incluso para los propios países que están detrás con intereses privados y públicos que se entrecruzan.

No es una casualidad que EEUU, Rusia, China, Alemania, Francia y Reino Unido sean los que encabezan esta carrera, si hablamos de preponderancia militar, de influencia socioeconómica en el mundo serían estos países, sin duda, los que mandan y cortan el bacalao, poco se escapa a su control.

Quienes tienen el poder económico son los que tienen más posibilidades

No hay que ser un lince para saber que quienes tienen el poder económico son los que tienen más posibilidades, y además da la casualidad que en la ciencia también existe, la realidad es que hay una relación directa entre la inversión en investigación y los resultados obtenidos. Así posiblemente tengamos una de las vacunas más eficaces de la historia y en menos tiempo. Ello tiene una relación directa con el número de científicos, de empresas, de países que están poniendo una cantidad ingente de recursos para acabar con el virus que ha producido más daño a la economía mundial. Este virus ha sido capaz de hacer lo que ni incluso los dictadores lograron, confinarlos en nuestras casas por voluntad propia.

Esas teorías negacionistas, que pueden hacer mucho daño, también tienen un punto de realidad, decir simplemente que son antisistema sin más reflexiones es como el llamar a otro gilipollas para acabar el debate, menospreciar la inteligencia de los demás. Estos dicen que el virus fue creado por un laboratorio, y por ello en esa parte del mundo ahora no hay ningún caso, hacen como Donald Trump, dice que hay un fraude electoral masivo, pero a unos y a otros les falta lo fundamental, la carga de la prueba.

La competencia del libre mercado tiene sus cosas positivas, esas que siempre ensalzan el liberalismo económico, la competencia entre empresas y laboratorios hace que todos estén en una carrera por ser los primeros o al menos de los primeros en colocar sus productos en el mercado. Ahora bien también tiene grandes inconvenientes, cuando en esa carrera se pueden hacer trampas, y puede haber sospechas de que el regulador, el árbitro a veces lleva los colores de alguna empresa en su chequera y los jamones de cierta marca determinada en su despensa. 

Las  investigaciones científicas reciben inmensos recursos estatales, la mayoría de las veces los beneficios terminan en los grandes laboratorios, que actualmente mueven 1,3 billones de dólares anuales.

También está la pregunta nada desdeñable, de si estos laboratorios en lugar de competir estuvieran cooperando, colaborando, no se llegaría antes a esa meta, no salvaríamos muchas más vidas al tener antes la vacuna que puede evitar miles de muertes. Todo puede ser, la importancia y urgencia muchas veces tiene que ver con el lugar que ocupas, no es lo mismo ser un asintomático, que estar desesperado en una UCI. Crear desconfianza es fácil, y comportamientos como los que hemos visto por el CEO de Pfizer, y su vicepresidenta, donde siempre presuntamente, se lo han llevado crudo con información confidencial, hace saltar las alarmas. También es cierto que pocas veces hemos tenido más información e incluso puede que haya más transparencia sobre lo que se está realizando en la búsqueda de esta vacuna. 

Aquí nos hablan de porcentajes superiores al 90% y en algunos casos como el de Johnson & Johnson del 99%

Así desde la primera fase nos iban contando los acontecimientos, ya que todos estábamos ávidos de información. En la segunda sabíamos hasta los casos que habían dado lugar a retrasos importantes, pero los resultados de la tercera fase, que parecen encuentros en esa fase, nos dejan preocupados, ya que se habla de unos porcentajes, casi desconocidos hasta ahora en el mundo de las vacunas. Mientras los que saben de esto nos aseguran que la vacuna de la gripe está, en el mejor de los casos, entre el 60 y 70% de eficacia, aquí nos hablan de porcentajes superiores al 90% y en algunos casos como el de Johnson & Johnson del 99%, ver para creer que decía el apóstol.

Aquí podemos retransmitirlo como si fuera una carrera de caballos, de hecho las casas de apuestas también están sacando provecho. Así con el número I puede ser y salir Pfizer con 92%, con el número II Moderna con 95%, con el número III los rusos con su Sputnik V 93%, con el número IV los de los polvos de talco sospechosos Johnson & Johnson, con número V los de Oxford y AstraZeneca que aseguran que curan desde los más tiernos infantes hasta los abuelos más mayores. Los franceses de Sanofi se quedan retrasados pero con un gran contrato ya firmado con la Unión Europea, por no hablar de los chinos que parece que han perdido algo de interés, al ver que en su país la segunda ola la han sabido surfear sin que apenas les salpique.

En esta carrera la mayor preocupación es ¿quién asume los riesgos si algo sale mal?, compañías privadas que pueden desaparecer, a las que ciertos estados han regado de dinero. A todo esto dónde queda la OMS, convertida en un observador pasivo, cuando debiera ser el centro de control de tantos intereses, algunos demasiado turbios.

El tema de la vacuna del Covid-19 saltan las alarmas, porque solo el 37% asegura que sí se la pondría ya

Por ello, estos días aparecía una encuesta del CIS de Tezanos, por cierto en el tema electoral no le creen, ni los trabajadores del Centro de Investigaciones Sociológicas, aunque en los demás temas, el prestigio es muy alto. EL CIS nos decía estos días, que un país como España, donde somos muy "obedientes",  responsables y nos vacunamos por encima del 94%, en el tema de la vacuna del Covid-19 saltan las alarmas, porque solo el 37% asegura que sí se la pondría ya. El número de escépticos, o que al menos en un principio no se la pondría, sube hasta el 47%. Quizás lo peor es la tendencia cada vez mayor de los que tienen dudas a la hora de ponerse la vacuna. Algunos parecen haber oído a Groucho Marx, cuando espetaba aquello de "¿Sabe que no ha parado de hablar desde que he llegado? ¿la habrán vacunado con la aguja de un tocadiscos?"

Lo cierto, es que si estos datos fueran reales tendríamos un grave problema, que sobre todo, y como siempre, afectaría a los débiles; aquellos que no se pudieran poner la vacuna, al no conseguir esa llamada inmunidad de rebaño, para la cual se considera que deberíamos estar vacunados por encima del 70%. La realidad, la razón y la publicidad de los que nos la venden, es la esperanza de que la vacuna sea esa solución, que al menos palíe los efectos de esta pandemia. 

Ya lo cantaba Vicente Fernández "Que no hay que llegar primero. Pero hay que saber llegar" y en esta "carrera de las vacunas" que lleguen, pero con toda la seguridad para todos, universalmente, en tiempo y forma. Con todos los problemas descritos y muchos más, nunca podemos olvidar que en esta defensa contra el virus la responsabilidad es de todos. Ponerse la vacuna puede ser un acto valiente y solidario.  
 

La carrera de las vacunas...
Comentarios