sábado. 20.04.2024

Estambul

El atentado en el aeropuerto Atatürk de Estambul, nos ha vuelto a mostrar la cara más dura, e injusta, de quienes no dan valor a su vida y con ellos se pueden llevar a todos los demás;  aquellos que utilizan a los más débiles mentales para que se autoinmolen para lograr sus objetivos, cada vez más oscuros.

Ante todo la solidaridad con todas la familias de Estambul que han perdido algún ser querido, o tienen heridos en los hospitales de esta ciudad, por la sinrazón de algo que nunca podremos entender, de aquellos que siembran el terror, que desprecian la vida propia, y que cuantas más se lleven consigo en ese loco camino mejor para su causa.

Tengo la sensación que a Turquía le pasa como a aquella España cuando se decía que "África empieza en los Pirineos", y sentíamos como los europeos nos consideraban inferiores,  aquí es verdad,  "Asia empieza en Turquía", el 90% de su territorio pertenece a ese continente, pero son muchos los muros que pone Europa,  políticos, religiosos, sociales e incluso económicos.  ¿Qué sería de Alemania sin sus turcos?, muchas veces nos creemos mejores que otros pueblos, seguimos atribuyendo tópicos y prejuicios que no tienen sentido alguno.

¿Qué sería de Alemania sin sus turcos?, muchas veces nos creemos mejores que otros pueblos, seguimos atribuyendo tópicos y prejuicios que no tienen sentido alguno

¿Quién dijo que la vida es justa?, en Turquía tienen que pensar "nosotros rogando para entrar en la Unión Europea,  haciendo el trabajo sucio", y Europa le enseña su burocracia, aquello que "no dice ni si, ni no, ni todo lo contrario", pero que deja en el limbo el proyecto de Turquía de entrar en el "club europeo". Sin embargo, otros hacen lo que les da la gana, todo se les permite, incluso deciden salirse de la Unión Europea, así los británicos serán los que digan cuándo, y da la sensación que también cómo.

Es cierto que hay leyes en Turquía que no pasan el control de calidad, que su Presidente ha dado pasos hacia atrás preocupantes, pero no es menos cierto que algunos  países del este europeo tiene normas y actitudes poco edificantes y se ha mirado hacia otra parte.

El atentado en el aeropuerto Atatürk de Estambul, nos ha vuelto a mostrar la cara más dura, e injusta, de quienes no dan valor a su vida y con ellos se pueden llevar a todos los demás;  aquellos que utilizan a los más débiles mentales para que se autoinmolen para lograr sus objetivos, cada vez más oscuros. Lo cierto es que 41 familias han perdido a alguno de sus miembros y su única culpa, es estar en el lugar inadecuado en el momento más inoportuno. Hay un paralelismo con el atentado producido también recientemente en el aeropuerto de Bruselas, en la forma en que han actuado los que han cometido el acto terrorista. Sin embargo el comportamiento de la autoridades turcas ha sido muy diferente, en apenas 12 horas ya estaba operativo el aeropuerto de Atatürk, les han golpeado en el sector más importante de su economía, el turismo, que recibe todos los años cerca de 10 millones de viajeros y pese a ello la población de Estambul ha sido capaz de recuperar la normalidad.

Estambul situada entre dos mares, el Mar de Mármara y el Mar Negro; entre dos continentes, Europa y Asia; y entre dos mundos,  uno tradicional y otro moderno

Para muchos sigue siendo complicado situar geográficamente esta ciudad, si está en Europa o en Asía, no obstante, Estambul tiene una gran historia, cuna de culturas, de civilizaciones, cruce de caminos,  de mercancías, de personas, donde Europa y Asía se unen por una de la ciudades más hermosas de mundo. Capital de tres imperios: Romano, Bizantino y Otomano; con sus arterias navegables interiores: El Cuerno de Oro y el Bósforo donde se pueden contar mil una batalla.

Estambul situada entre dos mares, el Mar de Mármara y el Mar Negro; entre dos continentes, Europa y Asia; y entre dos mundos,  uno tradicional y otro moderno. Entrar en Santa Sofía y en la Mezquita Azul es quedarte boquiabierto ante una arquitectura grandiosa, ver el mercado de los mercados, el Gran Bazar, donde el precio de los artículos se fija por el arte del regateo, y el reflejo del máximo esplendor del Imperio Otomano es el Palacio Topkapi. ¡Grandiosa y hermosa Estambul!

Cuenta un proverbio turco que "Cuando el carro se haya roto muchos os dirán por donde no se debía pasar". Si hay una ciudad, para saborear, para patear y sobre todo para respetar es Estambul, da la impresión de que los nuevos ricos miran por encima del hombro a aquellos cuya historia nos tiene mucho que enseñar.

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