sábado. 20.04.2024

La hipocresía de prometer lo que no se va a hacer

Ver lo que votan en conciencia una y otra vez y lo que hacen, o mejor dicho lo que no hacen, para resolver el grave problema que ellos mismos denuncian, y las instituciones que representan han causado, es para pensar que estamos ante una repetición del extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde.

Cuando empieza oficialmente una nueva campaña electoral, cuando se recuerda a nuestros difuntos, no deja de tener relación con este relato, que también puede ser una historia de miedo y terror, el que llevan sufriendo cientos de familias desde el siglo pasado bajo el título de "la hipocresía de prometer lo que no se va a hacer".

Eran poco más de las seis y media de la tarde de un 28 de octubre de 2019, como tantas veces un grupo de afectados por las sentencias de derribo, nos sentábamos en las butacas de invitados del Parlamento de Cantabria, se ratificaba una proposición no de Ley de marzo de 2019, que antes había ratificado otra declaración institucional en 2017, que a su vez antes se había ratificado la resolución por la cual se pedía perdón a las víctimas de las sentencias de derribo de 4/11/2013, que antes se había inspirado en la exposición de motivos de varias leyes que aprobó nuestro Parlamento en los años  2013, 2011, 2010, 2005... y así podríamos seguir recorriendo el pasado hasta perdernos en el tiempo.

Son tantas veces que el Parlamento de Cantabria ha aprobado por unanimidad "instar a las instituciones a dar una solución definitiva en la presente legislatura, sin pérdida de patrimonio", que podemos cuestionarnos, si las resoluciones, las normas, las leyes, las declaraciones institucionales, las proposición no de ley... del Parlamento de Cantabria tienen algún valor. Son papel mojado, brindis al sol, lavar conciencias sin mover un dedo. Desde luego retratan a nuestros representantes, es una fotografía que no deja lugar a dudas de la dicotomía, incluso esquizofrenia entre lo que dicen, lo que aprueban y lo que hacen quienes nos representan. Los ponen ante un espejo que les devuelve la realidad de aquellos parlamentarios que tienen además responsabilidades dentro del ejecutivo, Presidente, Consejeros... del Gobierno de Cantabria. Ver lo que votan en conciencia una y otra vez y lo que hacen, o mejor dicho lo que no hacen, para resolver el grave problema que ellos mismos denuncian, y las instituciones que representan han causado, es para pensar que estamos ante una repetición del extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde.

Cuando valoras qué se ha hecho en los últimos 20 años, te encuentras con el vacío, el olvido, la mentira, pero sobre todo, con la desesperación de tantas personas inocentes que solo quieren seguir con sus vidas, y que tanto daño les han hecho desde la instituciones, ellas las que tienen de deber constitucional de proteger sus derechos, los pisotean, donde ya no valen ni las recomendaciones del Defensor del Pueblo, del Parlamento Europeo, del Senado y Congreso de las infinitas resoluciones de nuestro propio Parlamento, ni su propio compromiso. 

Observando quién en nuestro Parlamentario que más veces ha aprobado resoluciones encontramos que es nuestro Presidente Revilla

Observando quién en nuestro Parlamentario más veces ha aprobado resoluciones que piden dar una solución para las familias engañadas y estafadas por la propias administraciones, el que más ha reiterado con su voto la petición de una solución para las familias afectadas por las sentencias de derribo, nos encontramos que es nuestro Presidente de Gobierno Miguel Ángel Revilla, él estaba en el génesis del problema, él tenía responsabilidades directas sobre las instituciones que han sido condenadas por la justicia en innumerables sentencias. Para aquellos que cometieron los ilícitos toda responsabilidad administrativa e incluso penal está prescrita por el tiempo que todo lo ha tapado, sin embargo nunca termina la condena, la injusticia que se lleva cometiendo con las familias cuya única culpa sigue siendo confiar en las instituciones. ¿Qué esperanza podemos tener de que nos dé una solución? Pasan los años, las legislaturas, las décadas, los ciudadanos vemos como se gastan, se dilapidan nuestros recursos, y estas familias ven como muchos de los suyos se van para siempre y siguen con su patrimonio secuestrado, con su vida limitada.

Desde esta tribuna hemos escuchado palabras amables, reconocimientos, nos han pedido perdón, nos hemos emocionado, más de una vez con alguna intervención, hemos incluso llorado, en vivo y en directo, ante los que exponían el problema con toda su crudeza, cuando se acordaban de tantos amigos que se nos han ido, cuando miraban hacia arriba, hacia esos asientos y nos hablaban directamente, sus palabras nos llegaban a lo más hondo, las creíamos de verdad, es más, todavía nos negamos a creer que aquello no era más que un teatro cara a la galería. 

En esa tarde de octubre allí en la Parlamento se volvieron a decir palabras que hacen aflorar sentimientos y emociones. Comentaba Noelia "que una casa no son cuatro paredes, una casa es un hogar, un nido, un mundo propio. Son los recuerdos que habitan en ella, donde habita la alegría, donde se lloran juntos los naufragios. Si derriban mi casa, escribió Benedetti, yo no sabré dónde guarecerme. Los muros de estas casas llevan más de 20 años temblando, la administración ha fallado, están en el lógico derecho de proclamarse maltratados. Los diputados de este Parlamento no les vamos a dejar solos, aunque solo sea por la entrega, el tesón y la determinación con la que han sostenido la bandera de su reivindicada justicia". Seguía desgranando su discurso, que entrelazaba con nuestros recuerdos de ya hace mucho tiempo, "no les podemos fallar, es justo lo que piden, y nuestras instituciones son las que les han destrozado en muchos casos parte de su vida, hay que acabar ya con esta injusticia". Esto era allá por el año 2009.

Seguía el discurso, "por el reconocimiento público que merece su lucha épica, por defender lo que es justo sin desmayo. Por eso nos debemos sumar a su causa, por respeto a la lección de dignidad, resistencia y rebeldía en la adversidad que nos han dado a todos, y por los que se han quedado en el camino, 108 propietarios desde 2005, año en que se empezó a contabilizarlos... Hoy el colectivo de propietarios ya tiene una edad media avanzada, la justicia tiene que llegar a tiempo, son muchos los que ya quedarán sin ver la solución. Por ellos y por los que siguen caminando, no se puede abandonar, ni perder esta batalla", porque la Justicia es un valor superior, esto no es solo un problema de unas familias,  todos podemos vernos atrapados, maltratados, heridos por las propias instituciones como lo estamos nosotros, que acabe esta historia de terror, miedo e injusticias. 
 

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