sábado. 20.04.2024

"En mi jardín no cultivo el odio"

El senador desde su escaño, en menos de 10 minutos, fue relatando con esa voz suave, pero segura y decida, lo que se puede llamar un canto a la tolerancia, a no ver al contrario como enemigo. Habló del respeto al que no piensa como tú, es más a la importante colaboración entre los que tienen ideas diferentes. De hecho dedicó la mayor parte de su discurso a alabar y agradecer al adversario político.

Estos días somos muchos los que hemos recibido vídeos o visto en los medios de comunicación la emotiva despedida del senador y expresidente de Uruguay don José Alberto Mujica Cordano.

Fue hace unos días, cuando Pepe Mujica nos dio, una vez más, una lección de esas que merece la pena no olvidar, de esas que se dan sin más interés que el enseñar el camino a los que vienen detrás, de encender una luz entre tanta oscuridad.

A sus 85, Pepe ha dicho que esta pandemia le está echando de la política, le impide algo que para él es básico en su trabajo, estar en contacto con los electores, con los ciudadanos, palpar el sentimiento de su pueblo, saber sus propuestas, iniciativas, inquietudes, problemas para poder llevarlos al Senado y buscar las soluciones legislativas más adecuadas. Aquí sí que se puede decir aquello de que toda comparación...

Dice que se siente amenazado por los muchos años que va acumulando, por esa vejez que va limitando incluso la movilidad, y las propias enfermedades que a ciertas edades nos cogen más cariño, nos hacen la vida más complicada, y más limitada.

Dedicó la mayor parte de su discurso a alabar y agradecer al adversario político

El senador desde su escaño, en menos de 10 minutos, fue relatando con esa voz suave, pero segura y decida, lo que se puede llamar un canto a la tolerancia, a no ver al contrario como enemigo. Habló del respeto al que no piensa como tú, es más a la importante colaboración entre los que tienen ideas diferentes. De hecho dedicó la mayor parte de su discurso a alabar y agradecer al adversario político. 

Toda su alocución es digna de enmarcar, y así lo entendieron los que allí estaban y donde se notaba la emoción del momento, el sentir que algo importante acaba de suceder, cuando los senadores de todos los colores parlamentarios se pusieron en pie para aplaudir las palabras de un hombre que se desnudaba política y humanamente ante ellos.

Confesaba, "yo tengo mi buena cantidad de defectos; soy pasional, pero en mi jardín hace décadas que no cultivo el odio" es de esas frases que quedarán en el recuerdo, y que nos pueden ser muy útiles a todos en nuestra vida. Seguía su discurso afirmando, "aprendí una dura lección que me impuso la vida: que el odio termina estupidizando, nos hace perder objetividad frente a las cosas".

Es para estar preocupados, ya no solo por la pandemia, también por el virus de esa intolerancia

Sinceramente, echando una mirada al mundo que nos rodea, viendo esos enfrentamientos tan viscerales que nos han traído nuevos protagonistas de la vida política, y aquí en nuestro país tenemos un buen ejemplo de comportamientos, donde se niega lo más elemental al que no piensa igual, al que es de otra formación es para estar preocupados, ya no solo por la pandemia, también por el virus de esa intolerancia...  Incluso los que mandan este video tan hermoso, o lo difunden por redes, algunos lo hacen no para reflexionar sobre el mensaje de Pepe, si no para decir  como veis los míos son los buenos, los mejores, frente a...

Es verdad que mal de todos consuelo de... pero a nivel internacional tenemos personajes que han surgido de un populismo que no pone barreras, ni límites a la hora de machacar al que consideran su rival, ni tiene respeto a los más elementales derechos, ni incluso a la propia racionalidad o la verdad. Personajes como Donald Trump, Jair Bolsonaro, Boris Johnson... Lo más duro es su clá, su corte de aduladores, fans, sus hooligans, esos que dicen "dale más duro, machácalo, písale la cabeza"... una violencia, que asusta. 

Estos días que recordamos a los que se nos han ido, mientras otros celebran halloween, es como si nos quisieran meter el miedo en el cuerpo, para paralizarnos, dominarnos, volver a tiempos de tan triste recuerdo del siglo pasado. Hay quien comenta que en más de 100 años nunca ha visto tanta crispación en la sociedad americana, que se han cargado a los tibios, o eres de los míos, o estás contra mí, ya no hay trato o truco, se ha pasado directamente al susto o muerte al infiel...

Los llamados despectivamente "equidistantes" son sospechosos, tramposos, gente de no fiar

En toda literatura puede haber un poco de exageración, pero la bipolarización de la sociedad sin respeto al diferente, sin esas bisagras tan necesarias muchas veces, hace que todo sea más complicado y tensionado, así los llamados despectivamente "equidistantes" son sospechosos, tramposos, gente de no fiar. Eso pasa siempre cuando una sociedad está profundamente dividida, no hay más que mirar a nuestro país y ver lo que ha sucedido en Cataluña, o en el País Vasco, cuando a los ciudadanos se les mete el miedo en el cuerpo, cuando se les quiere imponer una situación determinada, sea por quien sea.

Hoy hay una extrema derecha con más de tres millones y medio de votos que siembra vientos de tempestad, y no se le da la importancia debida, eso no pasa por combatirla con las mismas armas que ellas utiliza, con la visceralidad, con la agresividad, pasa por usar las herramientas que nos enseñaba Pepe Mújica en su despedida de la política. 

Él sabe muy bien de qué habla, puede recordar sus tiempos en los Tupamaros, en la cárcel, o dirigiendo un país.  Cuando nos dice, que no cultivemos el odio en nuestro jardín, que no confundamos que "una cosa es la pasión y otra cosa es el cultivo del odio".

Quizás los consejos del llamado "presidente más pobre del mundo", del guerrillero, del senador, del agricultor, desde su humilde chacra en las afueras de Montevideo donde cultiva la tolerancia, la pluralidad, la diversidad,... pasan por dar una educación en verdaderos valores democráticos, en enseñar a nuestros jóvenes que "Triunfar en la vida no es ganar, triunfar en la vida es levantarse y volver a empezar cada vez que uno cae", que el respeto es un valor esencial para la convivencia.
 

"En mi jardín no cultivo el odio"
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