miércoles. 24.04.2024

Los nuevos piratas navegan por las redes sociales

Bajo el escudo del anonimato, se dedican a lanzar las 1000 plagas

Cuando navegas por los mares de las redes sociales, te encuentras de todo como en botica, naves a la deriva, yates de imitación, chalupas que a duras penas flotan, pequeñas balsas despistadas. Ahora bien, los más peligrosos que surcan esos océanos son un grupo de barcos espías de la información, piratas de nuevo cuño que disparan a todo lo que se mueve.

Estos señores bajo el escudo del anonimato, se dedican a lanzar las 1000 plagas de la maldad que les suponen, o imputan, a todos los que pueden ser sus oponentes políticos, sociales e incluso económicos. Organizados y en sus puestos de vigía, desde la mañana hasta cuando ya estamos dormidos, ellos están trabajando, preparando sus objetivos y atacando sin piedad el flanco débil del rival. No se ahorran epítetos, ni tienen piedad del que consideran su enemigo. Vale todo, noticias inventadas, medias verdades, insinuaciones,  nenes que ridiculizan al enemigo, caricaturas para deformar al personaje. El objetivo es dejar tocado y si puede ser hundido a sus presuntos rivales,  a veces con fuego enemigo, otras con fuego amigo, pero siempre con la acidez que corroe la navegación de los que son sus objetivos.

Nos han descubierto la pólvora mojada, que se puede manipular a la población interviniendo activamente en estos mares de la comunicación

Si uno surca habitualmente por esos mares, no tardará en darse cuenta que hay unos personajes tan activos en sus comunicaciones que ya son sospechosos, ¿de qué viven?, ¿cuándo descansan?, ¿cómo se pueden pasar las 24 horas de los 365 días del año en estado permanente de revista y ataque? Ni los hackers rusos del ATP 28 y 29 que parece ayudaron a Donald Trump a ganar las elecciones eran tan activos.

Es curioso ver las explicaciones del FBI, la CIA, o la TIA, que ahora "se caen de un guindo", y se dan cuenta que hay otros países que intervienen en sus asuntos internos, "ellos santos y castos que siempre se han guiado por la conducta de la transparencia, que jamás de los jamases han osado intervenir, o meter sus narices en asuntos internos de otros países. Nos han descubierto la pólvora mojada, que se puede manipular a la población interviniendo activamente en estos mares de la comunicación. Sin embargo la propia CIA ha influido, incluso más que otros, en la ayuda prestada a tan peculiar y extravagante nuevo Presidente del Imperio.

Si pueden entrar en las raíces del Partido Demócrata, en la OTAN, o en el cuarto del Donald Trump..., y sacar información que ruboriza a más de uno, ¿qué no podrán hacer con nosotros, pobres infelices, que tenemos menos seguridad que los coches de los años 50?. Pero como decía, ante las escuchas ilegales, Alfonso Guerra "a quién coño va a interesarle tu aburrida vida", bueno eso no, o sí que te pueden vender el último modelo de móvil que estás mirando por google, e instantes después entras en tu muro de Facebook, y "voilá" allí, por arte de magia, está el hermoso móvil que buscabas, ¡mira que son listos los condenados! También pueden estar interesados por tus claves, por dar una imagen determinada de un producto, o un personaje que le hacen subir dos puntos en las próximas encuestas, embarrar a otros, que ensuciar siempre fue más fácil que limpiar.

Hoy cualquier partido, grupo económico que se precie tiene sus propias fragatas para vender las bondades de los suyos, y disparar los más profundos torpedos contra sus competidores en cualquier ámbito, o lanzar sus campañas del más guapo, más alto y más listo. Por todo ello, la más importante batalla de la información, o de la desinformación, se libra surcando por esos mares ficticios, donde cualquier parecido con la realidad, depende de intereses ocultos. Muchos son los peligros invisibles de las redes sociales, pero ya dijo Mark Zuckerberg "En un mundo que cambia rápidamente, la única estrategia en la que el fracaso está garantizado es no asumir riesgos".

Puede parecer qué todo es negro, que la maldad triunfa en todos los campos, tampoco. Hay una cara "A" donde es posible encontrar la información más rápida, donde es muy fácil poner tus reflexiones y opiniones sobre aquello que deseas, comunicar tus sentimientos y emociones, porque quieres y te da la real gana. Esa libertad de expresión por la que tanto hemos luchado en la historia. Ahora bien, descubrimos que tiene sus peligros, pues como todo lo nuevo también habrá que regularlo, pero con sentido común.  No puede ser que la Fiscalía pida 2 años y medio de cárcel para una chica de 21 años por unos chistes, aunque sean malos y de humor negro. Mejor haría esa Fiscalía ocupándose de los verdaderos peligros que nos acechan,  buscando a quien nos roba silenciosamente desde la distancia, y mete la mano en nuestros datos. Hay que hacer compatible esa libertad de expresión con los derechos fundamentales de los demás. Pero no es menos cierto, que el grado de manipulación en esta sociedad de la información ha aumentado exponencialmente, sobre todo porque los buques que la producen, la mayoría de las veces poderosos, invisibles y/o camuflados, con intereses muy determinados. 

 No puede ser que la Fiscalía pida 2 años y medio de cárcel para una chica de 21 años por unos chistes, aunque sean malos y de humor negro. Mejor haría esa Fiscalía ocupándose de los verdaderos peligros que nos acechan

Los hackers "malos",  que de todo hay, no se nos ofenda nadie, son esos nuevos piratas que hacen ganar elecciones, manipuladores profesionales, que nos crean necesidades que ni hubiéramos soñado, y ponen a buen recaudo tanta información, con la que pueden hundir a diestro o siniestro, dependiendo del interés y el precio. Basta pulsar un botón en la lejana Asía o al otro lado del charco, para que estos nuevos bucaneros saquen a navegar sus barcos piratas por los nuevos mares. Las redes sociales se han convertido en el principal blanco, y es que a veces se lo ponemos muy fácil, no tienen que ir a buscar la información, ya se la "ponemos a huevo" con la obsesión de decir dónde estamos, con quién, qué hacemos, qué comemos..., todo ello es información útil para otros, que con su ojo invisible nos desnudan, estamos en un "gran hermano" y saben más de nosotros que nuestras propias madres. 

 

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