viernes. 19.04.2024

Las vacaciones de tu vida, esa gran aventura

No debemos olvidar poner las reclamaciones correspondientes, que son una doble ayuda, intentar defender lo que nos corresponde, y el aviso para navegantes de timos y estafas.

Dejamos a nuestra familia en el anterior relato en un aeropuerto desconocido, después de recuperar sus maletas, superar  duras pruebas, obstáculos... logran llegar al lugar de destino, o casi. Hete aquí que quiso la suerte que entre tanta publicidad enviada a su correo, por el mayorista con el que contrataron las vacaciones, estuviera una oferta para llevarte del aeropuerto al hotel por un módico precio y en una berlina de marca premium. 

La realidad es que cuando contratas este tipo de servicios tres son las posibilidades, a) que no haya problema alguno y el vehículo contratado esté a la hora establecida en el punto convenido, esto también sucede. b) que haya alguna equivocación en la hora o descuido y el vehículo llegue con mucho retraso, o simplemente que no aparezca y c) que sea un timo mediante una página web interpuesta, vamos falsa, que se queda con el dinero, con tus datos y contigo. Como recomendación es importante al realizar nuestros pagos con tarjeta asegurarnos que la dirección de la web comience con "https://" ya que constituye un protocolo de comunicación segura de datos para realizar la transferencia. "El phishing" o suplantación de identidad suele realizarse a través de correo electrónico donde los amigos de lo ajeno toman apariencia de instituciones o compañías fiables para apropiarse de tu información bancaria y/o personal.  A veces lo obvio se nos olvida.

A veces lo obvio se nos olvida

Allí estaba nuestra familia esperando, observando, buscando algún cartel con el nombre de Paco Gómez, pero nada, a pesar de dar mil vueltas, su suegra por la derecha, la señora por el centro, él por la izquierda, y los hijos en el  campo base con las pertenencias, rastrearon interior y exterior del aeropuerto en búsqueda del coche que nunca apareció. A pesar del buen trabajo, digno de los Geos, nada de nada. Después de interrogar a todo chófer que se encontraban con un papel nominativo y siendo ya altas horas de la noche Ana, la esposa de Paco, sentenció con aquello  de "Paco lo hemos perdido". Dentro de la mala fortuna nuestros amigos se encontraron en la versión b) el vehículo no apareció, pero no les robaron sus datos, aliviados, casi tienen que dar gracias. Paco no se resignaba y continuaba llamando al teléfono que le habían facilitado en la contratación, pero al otro lado el mensaje siempre era el mismo , "el número al que ha llamado está apagado o fuera de cobertura" , hasta que la realidad se impuso siendo descorazonador para la familia.  Después de los reproches consiguientes volvió la cordura a la situación. El bueno de Paco con su inglés de Cacabelos intentaba entenderse con los taxistas para que le llevaran al hotel. ¡Milagro! Paco lo consiguió, todos montaron en el taxi camino del hotel.  

Una vez allí, otra en la frente, el lugar donde les han dejado es un complejo de apartamentos, aquí un chaval de apenas 20 años con su inglés de Erasmus y el de Cacabelos llegan a entenderse y les lleva al apartamento. Al abrir la puerta,  se armó la de San Quintín y las fallas juntas, "esto no es lo que hemos contratado", cualquier parecido con lo ofrecido era pura coincidencia,  "que no puede ser", "esto es una estafa", "quiero poner una reclamación ya", decía Ana, que no paraba de disparar sus palabras contra el chico, el cual iba mutando de color y ya parecía un semáforo,  Ana de inspección seguía "esto no está ni limpio", "el sofá medio roto", "en el baño no hay jabón, falta hasta el papel higiénico..."  , toda una tragedia, pero faltaba lo peor, el empleado les explica que el otro apartamento donde estaban ubicados su suegra e hijos está en otro edificio a unas manzanas de este... A Paco se le salían los ojos de las órbitas, ¡¡qué me van a separar de mis hijos!! Ya no aguantaba más, la tensión del día le pudo, su mujer y suegra tuvieron que agarrarlo y reducirlo para que no cometiera un delito con violencia en tierra extraña. El pobre empleado temporal que cargaba con los marrones estaba tan asustado, que en cuanto pudo les indicó que las reclamaciones debían hacerse en horario de oficina en la central, huyendo del lugar de los hechos y posible delito, poniendo pies en polvorosa.  

¿Quién asume las responsabilidades cuando no sabes el idioma, no conoces nada, y te dejan tirado en una situación de total indefensión?

Una vez bajado el suflé del cabreo y volviendo a la realidad después de un descanso, la vida se ve con otros ojos. Ya se sabe que en vacaciones un 25% del tiempo se pasa buscando los sitios qué ver, dónde ir o comer, pateando la ciudad a 20 km por día, otro 10 % en colas para acceder a monumentos, catedrales, castillos, museos...  Eso sí, las vacaciones son una gran aventura, aunque el calor a veces nos derrita las ideas, desde la comida, que cuántas veces ni sabes lo que te zampas, hasta esas pérdidas por la ciudad donde con suerte siempre acabas en la plaza central o en el centro comercial, guiados por la cúpula de uno o el obelisco del otro en una rivalidad que se disputan estar más cerca del cielo, y quién se lleva al personal. 

Al final todo pasa por el tamiz de los recuerdos que el tiempo suaviza y endulza, lo que queda son esos hermosos paisajes, esa playa donde te abrazaste a la mejor ola, y sobre todo esos lindos imanes que en tu nevera te recordarán cada vez que la abres lo mucho que disfrutaste en esa ciudad a miles de km. de la tuya. Has recorrido medio mundo para acabar comiendo en un establecimiento de comida rápida como el que está a 100 m de tu casa, qué cosas tan extrañas hacemos los humanos.  La mente es sabia y si el esfuerzo ha sido tan grande el resultado deben ser "las mejores vacaciones de tu vida", o así lo cuentas a tu regreso, los inconvenientes pasan a la categoría de anécdotas, y donde antes te cabreabas y hasta te perdían los nervios, ahora echas sonoras carcajadas recordándolo...

Con todo no debemos olvidar poner las reclamaciones correspondientes, que son una doble ayuda, intentar defender lo que nos corresponde, y el aviso para navegantes de timos y estafas. Muchas son las preguntas que nos asaltan ante la experiencia relatada, ¿está nuestra legislación a la altura de los retos que impone la contratación por internet? ¿Quién asume las responsabilidades cuando no sabes el idioma, no conoces nada, y te dejan tirado en una situación de total indefensión? ¿Es seguro el pago con tarjetas de crédito a través de la red? ¿Hay desprotección del cliente/consumidor en estas situaciones, cuando sale fuera de su país y mucho más si es fuera de la zona de la Unión Europea? En fin, está claro que viajar por el mundo sigue siendo una gran aventura en todos los sentidos. Pero amigo, que nadie te amargue estas vacaciones de tu vida.

Las vacaciones de tu vida, esa gran aventura
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