El futuro de nuestro suelo fértil, en manos de los Hermanos Marx
Nuestra clase dirigente cambia, pero la mentalidad sesentera se mantiene sin más apuesta de futuro que el desarrollismo que nos ha llevado al fracaso
Nuestra clase dirigente cambia, pero la mentalidad sesentera se mantiene sin más apuesta de futuro que el desarrollismo que nos ha llevado al fracaso
Verso tras verso ‘I wish you were here’ describe la tristeza que siente el grupo al ver cómo su amigo ya no es capaz de percibir la realidad tras los excesos con el LSD ¿puedes distinguir un campo verde de un frío raíl de acero Syd?
En Cantabria el franquismo real duró cuarenta años, pero su mentalidad perduró muchos más, así, nos encontramos en la actualidad con la misma visión social de los años 60 donde prevalecían los intereses urbanos sobre los rurales.
En nuestro circo particular, escondidos bajo la falsa bandera del lobo, tenemos a los distintos partidos de la derecha extrema desgañitándose en el parlamento cántabro para culpar al lobo de los males del campo, tal vez piensen que si consiguen que nos fijemos solo en esto no les preguntaremos porqué votaron en contra de la ley de cadena alimentaria.
El territorio no es un bien privativo de quienes ahora respiramos, es un recurso que compartimos con la historia, un crisol en el que se mezcla el sudor de nuestros abuelos, el orgullo de nuestros padres y los anhelos de nuestros hijos, las acciones que se ejecutan sobre él son irreversibles por lo que cualquier acto ha de ser meditado para que nuestra irresponsabilidad no borre la memoria que contiene y termine con la esperanza que alberga.
Hace ahora dos años a muchos les tocó ser los mejores, sus quince minutos de gloria se alargaron una primavera en la que nos demostraron a todos que eran verdaderos héroes, gentes anónimas que siempre estuvieron ahí, que vencieron al miedo y que con su esfuerzo consiguieron que nuestra sociedad no colapsara. Nosotros, desde los balcones gritábamos esperando que nos oyeran porque nuestro agradecimiento era infinito, nuestros quince minutos de pánico eran más llevaderos porque el esfuerzo de todos esos don nadie que se ganaron nuestro respeto para siempre.
En nuestro bucle temporal particular no cae una tormenta de nieve sino que sopla viento sur y en las noticias de la mañana tras la canción de Sonny & Cher no aparece el presentador del matinal sino Revilla y en lugar de nombrar a la marmota es el “pirómano” el que sale a relucir. Despierta Cantabria que hoy, ¡hoy es el día del pirómano!
Los cántabros también tenemos símbolos que nos han representado durante milenios, quizá el más importante sea el representado en la estela de Barros, unos cuartos lunares que para los cántabros son más que unos simples arcos, son una imagen que nos une por encima de ideologías y que hemos llevado por consenso hasta nuestro escudo y nuestra bandera…
Sin distancias que salvar hoy la Cantabria rural vuelve a los tiempos de Carlos III, todo por el pueblo pero sin el pueblo, todo por mantener la Cantabria rural pero sin tener en cuenta los sueños de los habitantes de los Valles.
Son legión las mujeres que pelean por nuestra pachamama, muy pocas pasaran a la historia, pero todas ellas han puesto, ponen y pondrán un granito de arena para que este planeta continúe siendo habitable.
Ser ganadero o agricultor se ha convertido en oficio de héroes sujetos a las reglas del mercado. Una perspectiva negra que obliga a los jóvenes a dejar sus raíces y emigrar.
Poblar aquellas campas con molinos de 150 metros a los que se accede por pistas de 12 metros de ancho dista mucho de ser verde.
Lo mismo que la música tiene una deuda eterna con John los cántabros tenemos una deuda con Revilla. Dos grandes soñadores, pero por desgracia un solo genio.
Nos dijeron un día que Cantabria es infinita y pobres de nosotros nos creímos la falacia, disfrutando de la esencia de nuestras villas pensamos que esta duraría siempre, que tanta maravilla no podría agotarse, pero el lema no era cierto, nuestra tierra poco a poco dejó de ser gran reserva.
Dentro de esta incertidumbre aparece la única propuesta revillista para sacarnos de la crisis, y como no, viene vestida de ruralidad, una nueva ley del suelo que presuntamente ayudará a fijar población en los pueblos del interior, pero que no es más que una huida hacia adelante, un repetir el modelo que nos llevó a la nada y destrozó nuestro litoral.
Hoy nos asomamos a la ventana y sentimos los escalofríos que sintió Rachel aquella primavera, aquel silencio que no la dejaba dormir puebla ahora nuestras calles y nos hace añorar el jaleo de los niños y los pitidos de los coches, aquel silencio atronador se repite ahora en todas nuestras ciudades.
Piedras en el camino no van a faltar y necesitaremos la ayuda de muchas manos para que el árbol siga creciendo.
Revilla también tiene un tren para ellos pero no para unirles con la ciudad sino para que los turistas crucen la Engaña y ya de paso miren a los pasiegos como miran a los monos de Cabárceno.
Mientras el ganadero mire al monte no mirará a su explotación, no verá que la PAC le maltrata, no verá su desorbitada factura eléctrica, no verá que le es imposible conciliar su vida familiar y laboral, no verá que la leche se la pagan a precio risa… no verá todas esas cosas sobre las que el Gobierno de Cantabria no actúa.
Nuestra biodiversidad es nuestra gallina de los huevos de oro, el 10,9% del PIB y el 11,4 % del empleo dependen directamente del turismo, turistas que no vienen a ver espigones, vienen buscando una gran reserva. Si no cuidamos nuestra tierra por conciencia ambiental hagámoslo al menos por interés económico.