Pretendemos hacer un diario libre y está bien que así lo sea porque el pensamiento crítico es saludable y la diversidad de puntos de vista, más. Y no hay nada más crítico que la sección de opinión, que apuesta por el respeto integral a los diferentes puntos de vista de sus colaboradores, sin cortapisas, coacciones ni censuras, y siempre con serenidad y esfuerzo pluralista.
Desautorizar un acto ultraderechista “por motivos de seguridad” no puede ser un argumento válido, es más bien un vamos a quitarnos de encima este marrón en lugar de pregonar que este tipo de organizaciones son vetadas por su ideario, no sea que vayan a volver y tengamos que sentarnos a pedirles más ayudas.
Igual que las murgas son crítica, ironía, burla y sátira, el periodista que escribe una información tiene valores, ética, vocación y busca la verdad.
Les entiendo y comprendo perfectamente, porque un cántabro paga 737 euros de impuestos más al año que un vasco.
Una buena comunicación consiste en saber utilizar la palabra adecuada en el momento adecuado, con el gesto y el tono adecuado.
Por supuesto que se puede vivir sólo de esperanza, pero sin esperanza, no vale la pena vivir.
Los mensajes, una vez emitidos, deben ser neutralizados y por supuesto derrotados, a poder ser de forma “implacable”.
Los tiempos hay que medirlos mucho mejor y evitar de esa forma la generación de suspicacias