viernes. 19.04.2024

Brilla el sol en Mies de Vega

A medida que se acerca el encuentro es inevitable empezar a sentir los nervios intrínsecos a un partido de estas características. A lo largo de esta semana he escuchado algunas voces desde la capital asegurando que esta es tan solo una jornada más, que no es más especial que la visita del Arenas de Getxo o el Izarra. No lo es. No puede serlo porque ambos nos emocionamos recordando a Manolo Preciado defendiendo los colores de nuestra camiseta, sabiendo que es la de su tierra. De ninguna manera es un partido más cuando cada uno de nosotros encontramos la antítesis de lo que somos en nuestra ciudad vecina.

Existe rivalidad, y el azar, junto a las buenas y malas decisiones tomadas fuera y dentro del terreno de juego, han hecho que 27 años después nuestros caminos se vuelvan a cruzar. La del domingo es una tarde para disfrutar del fútbol, los amigos, los rivales y de un ambiente que pocas veces podemos vivir en Cantabria. Por eso, todo aquel que quiera buscar otro tipo de guerras debe sentirse solo, aislado y abochornado.

Aprendí a amar el fútbol junto a mi padre, pasando frío en las tardes de invierno del viejo Malecón, entrando por el inolvidable arco de piedra que tanto echamos de menos los nostálgicos en nuestro nuevo estadio. Allí entendí que el fútbol auténtico huela a hierba húmeda y a puro. Que los descensos duelen más cuando no se pierde en el terreno de juego y también que a veces David puede vencer a Goliat.

Desde mayo el sol brilla más fuerte que nunca en Mies de Vega. La mayor parte de la plantilla que consiguió aquel histórico ascenso sigue hoy defendiendo los colores de la Gimnástica. Ellos saben mejor que nadie que tienen tras de sí el aliento de miles de torrelaveguenses que empujarán en El Sardinero y agradecerán incondicionalmente que semana a semana los jugadores estén dejando todo en cada terreno de juego.  Que empiece a rodar el balón, el Dobra estará presente.

Coral González – Socia de la Gimnástica de Torrelavega número 1177

Brilla el sol en Mies de Vega
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