viernes. 19.04.2024

La frontera de la pandemia

Ahora llegan las vacaciones y millones de personas se desplazarán de un lado a otro, quiero creer y necesito pensar que el gobierno lo tiene todo previsto y planeado. No quiero ver más respiradores, no deseo ver más batas blancas impotentes por no poder salvar vidas, no necesito saber que nuestros mayores, que tanto lucharon por nosotros y por nuestro país, caen víctimas de esta maldita enfermedad.

Siempre he sido de esas personas a las que las fronteras del mundo le sobran. He creído cada día de mi vida en la libertad de movimiento. Continuamente he pensado en la oportunidad de ser un hombre libre y así poder buscar un mundo mejor. Nunca he dudado sobre los hombres del sur que llegaban a las prosperas tierras del norte a encontrar una vida que en teoría les vendían como la tierra prometida. Sin embargo, con la COVID-19 todo ha dado un giro en el planeta. Las fronteras son nuestra protección hasta que no se encuentre un remedio y una solución a la enfermedad y, por desgracia, serán parte de nuestra vida.

Las fronteras son nuestra protección hasta que no se encuentre un remedio y una solución a la enfermedad

Debemos protegernos, es nuestra obligación. Si tenemos que dejar de hacer caso a gente como Miguel Bosé, pues lo hacemos por muy buen artista que sea. Si como he dicho anteriormente debemos poner una frontera, pues se hace. Todo sea porque nos ha tocado vivir una pandemia que no sabemos hasta dónde puede llegar. No quiero transmitir una opinión conservadora, todo lo contrario, quien me conoce sabe que no lo soy, pero creo que la vida está por encima de todo y eso es lo que debemos proteger.

Soy de los que piensan que los españoles hemos sabido hacer las cosas bien y, aunque siempre hay excepciones, la norma general ha sido positiva. La sociedad ha entendido que hay que tomar decisiones impopulares. Sin embargo, hay países como Brasil, Rusia o EE.UU, que no han realizado las cosas bien. Por cierto -si no meto la cuñita no sería yo- todos estados gobernados por conservadores y liberales, incluso algo más diría yo. Dicho lo cual, dejo una pregunta en el aire, ¿no os parecería bien que, no solo por salud sino por justicia, España cerrara cualquier frontera con esos países que se han pasado por el forro de sus caprichosos mandatarios esta pandemia?

Espero que la economía nunca esté por delante de ella, porque entonces tendríamos un problema mayor

Creo que a nuestro gobierno no le debe temblar el pulso esta vez y por ello, tomar las decisiones que crea oportuno, sin dudar ni titubear. En nuestro querido país ya se están viendo rebrotes que están poniendo en alerta a nuestros dirigentes. Lo que está demostrado es que la COVID-19 es una enfermedad cuyo control es muy complicado, por no decir imposible. ¿Cuál es el límite de la protección? Espero que la economía nunca esté por delante de ella, porque entonces tendríamos un problema mayor del que tenemos. 

No voy a negar que tengo cierto respeto por lo que pueda pasar en un corto plazo de tiempo. La palabra miedo no quiero emplearla, pero siempre, se quiera o no, está presente. Ahora llegan las vacaciones y millones de personas se desplazarán de un lado a otro, quiero creer y necesito pensar que el gobierno lo tiene todo previsto y planeado. No quiero ver más respiradores, no deseo ver más batas blancas impotentes por no poder salvar vidas, no necesito saber que nuestros mayores, que tanto lucharon por nosotros y por nuestro país, caen víctimas de esta maldita enfermedad.

A fin de cuentas, nos ha tocado vivir un momento en el que seguramente se tenga que recortar nuestra esencia en la vida, la libertad. Pero cuando todo esto pase y se pueda vencer a este enemigo tan cruel, debemos hacer toda la sociedad una reflexión más allá de unas ideas. Tendremos que unirnos mucho más y suprimir las fronteras que un día construimos para salvar vidas, que contrariedad tiene todo.
 

La frontera de la pandemia
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