155 es el número de días que un padre de familia lleva en el paro. 155 son las vacas que perdió un ganadero gallego en los últimos incendios. 155 es el número de instancias de un ciudadano frente a la burocracia que no le resuelve nada. 155 son los días que lleva un niño del Tercer Mundo comiendo sopa sin probar un trozo de pan. 155 cartones de leche vacíos ha extraído un indigente de la basura en los últimos 155 días. 155 es el número de jornadas que lleva un joven trabajando casi por la patilla con un contrato precario. 155 son las promesas serias que hicieron todos los partidos del arco nacional y que han incumplido de manera sistemática, a derecha e izquierda.
155 son los años que parece haber retrocedido el mundo cuando te levantas por la mañana y lees la prensa. 155 son los kilómetros de una frontera pintada sin consenso e inventada. 155 son los segundos felices de un día (el resto del tiempo hasta 86.400 te lo amarga un racimo de iluminados con (i)rresponsabilidad pública). 155 son los meses felices a lo largo de una vida (“Mi patria es mi infancia” -Pedro Ruiz dixit-), 155 son los caballos del coche que nunca tendrás, 155 países hay ya en mi barrio, 155 miradas en el armario.
155 son los amigos que tuve una vez, las rimas de mis poemas de amor, las leyendas que me contaron un día de canícula
155 son los días de lágrimas sin cese de las familias de los dos pilotos fallecidos en Albacete y Torrejón, 155 es un porcentaje nimio de los dientes del tiburón, 155 por hora acarrea cientos de euros de sanción más posible retirada del carné (y los sabes), 155 son los besos que tu madre podría darte antes de salir de casa (no vuelvas la cara; es amor). 155 son las oraciones sin pasiones que muchos lanzarían al cielo si tuvieran la certeza de calentar un poco este hielo.
155 son los amigos que tuve una vez, las rimas de mis poemas de amor, las leyendas que me contaron un día de canícula en un prado de los Picos de Europa. 155 es el número de punteos de una canción de Van Halen y todos los vinilos que me traían en vilo. Si 155 árboles no te dejan ver el bosque mira detrás. Hay un país: se llama España y tiene (tendrá) 17 comunidades autónomas. Si no las queman unos pirómanos sin alma.