jueves. 28.03.2024

Eddie no ha muerto

Nunca le he confesado a Lee Roth, ni a Sammy Hagar, que en ocasiones he sacado de algunas canciones la pista de voz para apreciar mejor las notas líquidas de Eddie, los requiebros, los arañazos que el genio infligía al instrumento.

El día que vas a afilar el lápiz te quedas sin sacapuntas. O pierdes algo que te ha acompañado durante los últimos 40 años. Tenía pensado escribir sobre los delitos que el juez García Castellón le atribuye al vicepresidente del Gobierno de España, señor Pablo Iglesias, y del ‘Eau du Roi’ que el Ejecutivo de la nación le va a restregar a Felipe VI por el sobaco para que pueda pasear libremente este viernes por Barcelona y que tal aroma, al menos, no provoque un disgusto irreversible (telele indepe) a Aragonés, Rufián o Colau.

Melodías indescifrables, sonidos rasgados que emanaban del pellizco al que sometía a las cuerdas

Iba a afilar el lapicero la tarde del martes cuando me enteré de la muerte de Eddie Van Halen. El sacapuntas fue por la ventana. Más de ocho lustros  han pasado (1978)  desde que escuché el primer disco de la banda americana liderada por el guitarrista más técnico, rápido, voraz  y, sin embargo, melódico y sensual que haya parido madre. Eddie, al que gran parte de la gente conoce solo por ‘Jump’, era mucho más: el profesional súper técnico, capaz de meter las seis cuerdas en una batidora y que ésta desalojara música de primer orden. Melodías indescifrables, sonidos rasgados que emanaban del pellizco al que sometía a las cuerdas. No me pidan canciones, las letras aún no suenan, pero no dejen de escuchar, por ejemplo, los nueve cortes del inigualable ‘Fair Warning’, de 1981.

Nunca le he confesado a Lee Roth, ni a Sammy Hagar, que en ocasiones he sacado de algunas canciones la pista de voz para apreciar mejor las notas líquidas de Eddie, los requiebros, los arañazos que el genio infligía al instrumento. Y pásmense: él no sabía leer música, es decir, no podía interpretar una sola partitura. Empezó de oído y creo que así terminó. Regla de tres inversa que aplicar a muchos políticos de la actualidad: se abren paso a codazos sin saber leer y acaban peor de lo que comenzaron. ¿Por el camino? Una atrocidad. Y si no, comparen a estos próceres (en realidad, mercaderes) con los del 78.

Vuela libre, Eddie. Escucho tus magistrales ‘Eruption’ o ‘Unchained’ mientras escribo. Para mí sigues vivo.

Eddie no ha muerto
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