martes. 23.04.2024

Politicastros de alabastro

Decidme, panda de hipócritas con ansias de manipular los despojos detrás de los matojos: ¿cuántos de aquéllos que nos trajeron hasta aquí han entregado el alma en el frío desierto de una noche de primavera?

Hoy no me pidáis milagros, ni versos que rimen, ni palabras que animen. Ciertos politicastros de la esfera nacional me han convertido en un anime. Un muñeco que circula por las redes, por la acera del cólera sin perspectiva certera. Un español en el semáforo más histérico de Wuhan, un ciudadano al que le han impuesto un perverso conteo. Castigado sine die al prorrateo. Me gustaba más el tonteo de los 80, tan felices, con dos años de Constitución, ésa que ahora destacados fantoches arrastran por los suelos azabaches como si fuera una fregona avinagrada. Un zurullo del estercolero de cualquier porquero.

Decidme si esta España es mejor que la del 78, la que no levantasteis, la que no conoceréis, la que aunó y no dividió

Con vuestro pan: os lo comeréis con un zoquete a la medida exacta del actual nivel de intelectualidad que luce la Cámara Baja, que ni está más arriba, ni puede estar más abajo. Con vuestro pan: con la pérfida filosofía de cualquier patán. Hay inflación en el Congreso, también en el Gobierno. Ahora que el azúcar sabe a fósforo, que la miel tiene el color, el aroma, el sabor de la hiel; que las vidas,  por miles, llevan el escudo de la muerte, decidme. Decidme si esta España es mejor que la del 78, la que no levantasteis, la que no conoceréis, la que aunó y no dividió. Decidme, panda de hipócritas con ansias de manipular los despojos detrás de los matojos: ¿cuántos de aquéllos que nos trajeron hasta aquí han entregado el alma en el frío desierto de una noche de primavera? Decidme, coyotes con mando en plaza o a la espera de la caza, qué delito cometieron contra vosotros viviendo.

Ahora que muero sin morir en mí. Que vivo sin vivir en ti. Que la semántica ha derribado de un puñetazo a la gramática, que la política se ha convertido en una plática de baja estofa; que suspiro por una rumba de Estopa, que fenecería por dormir entre las cuerdas de una balada desgarradora de Metallica, sabed que ningún baño de alabastro os situará en la cima del deseado castro. Beret lo clavó: a ti, que siempre te sobra, no te gusta compartir.

Politicastros de alabastro
Comentarios