sábado. 20.04.2024

La zona de confort y el coronavirus

Todo lo que teníamos, todo el estado del bienestar, todas las estructuras de un país moderno, todos los derechos que nos otorgaba una democracia, se han venido abajo como un castillo  de naipes o se tambalean a punto de caer.

Seguro que a estas alturas ya estaréis un poco hartos de que distintos gurús, psicólogos, coachs y demás zarandajas os recomienden “salir de vuestra zona de confort” (lease con voz de niño repipi). Por lo visto, llegados a cierto punto de nuestras vidas, lo que más nos conviene es perder aquello por lo que hemos luchado durante años. Unas buenas relaciones personales, un trabajo satisfactorio y bien remunerado, una casa agradable, unas aficiones que nos llenan plenamente nuestro tiempo libre… yo qué sé. Aquello que en definitiva nos hace felices y un día soñamos con conseguir.

Llegados a este punto he de confirmar que ya lo consiguieron, ya estamos todos fuera de su puta “zona de confort”

Pues bien, para ciertos “líderes” parece ser que una vez conseguidos nuestros objetivos vitales lo que tenemos que hacer es romper con todo y “salir de nuestra zona de confort”. O sea, volver a empezar, empezar desde cero, fijar nuevos retos, sufrir carencias, pelear nuevamente por lo que ya teníamos… estar jodidos, vamos.

Y llegados a este punto he de confirmar que ya lo consiguieron, ya estamos todos fuera de su puta “zona de confort”. Todo lo que teníamos, todo el estado del bienestar, todas las estructuras de un país moderno, todos los derechos que nos otorgaba una democracia, se han venido abajo como un castillo de naipes o se tambalean a punto de caer.

He de confesar que yo estaba muy bien sin tener que poner a prueba la resistencia y resilencia de nuestra sociedad. Que estaba contento con vivir en Cantabria, en España. Que no necesitaba nuevas sensaciones que tensaran nuestro día a día a nivel sanitario, económico o emocional.

Deberemos acostumbrarnos, cuando todo esto acabe, a vivir en una neo realidad. Porque si algo es seguro, es que nada será igual. Se podrá parecer a lo que éramos y teníamos, pero no será igual.

Y miraremos a nuestros pareja, hijos, amigos y vecinos a la cara y no hará falta decirnos nada porque todos sabremos por lo que hemos pasado…con lo bien que estábamos cerca de nuestra zona de confort y lejos de pseudo gurús.

La zona de confort y el coronavirus
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