viernes. 19.04.2024

El qué de la oligarquía y el cómo del PSOE

Si no hay los 'antoniohernandos' necesarios, es probable que el PSOE recurra a algún tipo de abstención 'técnica' que además podría aliviar la incomodidad de un electorado que al fin y al cabo el 26J votó al PSOE del "no es no".

Tras haberlo intentado todo para que no gobernara Unidos Podemos pero sin tener que avalar él un nuevo gobierno del PP de Rajoy –primero el acuerdo con Ciudadanos para ver si eso forzaba a Unidos Podemos a abstenerse y después la repetición electoral para ver si PP y Ciudadanos sumaban 176 escaños–, el PSOE tuvo que acabar decidiendo precisamente entre gobernar con Unidos Podemos o avalar otro gobierno del PP… y acabó eligiendo lo segundo.

El golpe de mano de la oligarquía con Felipe González como intermediario, Susana Díaz como ejecutora y Javier Fernández como pantalla –que llegó después de nueve meses de Pedro Sánchez mareando la perdiz– no se llevó a cabo para nada, y el qué ya está decidido –los escaños del PSOE avalarán un nuevo gobierno del PP de Rajoy–, por lo que ya sólo falta concretar el cómo: ¿se abstendrán todos –o prácticamente todos– los diputados del PSOE, se abstendrán todos menos Sánchez y esos a los que llaman sanchistas –si es que para entonces todavía queda algún sanchista además del propio Sánchez– o se producirá una abstención ‘técnica’ de la docena de diputados necesarios para investir a Rajoy? Y en el cómo se ha puesto ya el foco, precisamente para intentar minimizar el qué –que digan lo que digan ya está decidido– y sus consecuencias.

El golpe de mano de la oligarquía no se llevó a cabo para nada, y el qué ya está decidido, por lo que ya sólo falta concretar el cómo

Y es que la abstención –‘técnica’ o no– de los diputados del PSOE no sólo avalará otro gobierno del PP, también marcará un antes y un después tanto en el PSOE como en el propio régimen del 78, que ahora intentará que esa abstención suponga sólo un paréntesis en el turnismo bipartidista y no el final de éste. En cualquier caso, el turnismo entre dos grandes partidos de ‘centro’ –uno de ‘centro-izquierda’ que siempre ha sido el PSOE y otro de ‘centro-derecha’ que empezó siendo la UCD pero acabó siéndolo el PP después de que la oligarquía quitara de en medio a Adolfo Suárez por lo mismo que acaba de quitar de en medio a Pedro Sánchez: por haber pretendido traspasar ciertas líneas rojas– que viene caracterizando al régimen del 78 podrá sobrevivir, pero nunca volverá a ser el mismo tras el aval del PSOE al PP de Rajoy y el golpe de mano que lo ha precipitado.

Tampoco volverá a ser el mismo el PSOE, por mucho que los partidos que protagonizaron el pacto del 78 –y muy especialmente el propio PSOE– hayan venido funcionando en la práctica como órganos del Estado producto de la reforma del franquismo y por mucho que el golpe de mano de la oligarquía con Felipe González como intermediario no sorprenda excesivamente.

El PSOE podrá ahora intentar imponer a sus diputados la disciplina de voto, podrá intentar ‘convencer’ de que se abstengan a los sanchistas –a todos menos al propio Sánchez, que no habrá llegado hasta aquí para renunciar ahora a su “no es no”– como ha hecho ya con algunos como el portavoz parlamentario Antonio Hernando o podrá optar por una abstención ‘técnica’.

Intentar imponer la disciplina de voto podría no resultar fácil, porque el mandato de los diputados españoles es representativo y no imperativo ni respecto de sus votantes ni respecto de sus partidos

Intentar imponer la disciplina de voto podría no resultar fácil, porque el mandato de los diputados españoles es representativo y no imperativo ni respecto de sus votantes ni respecto de sus partidos, pero sobre todo porque intentarlo después de haber protagonizado un golpe de mano dirigido precisamente a neutralizar el “no es no” con el que el PSOE concurrió a las generales del 26J podría ser demasiado y acabar volviéndose contra los ‘golpistas’. Por ello, es más probable que intente ‘convencer’ de que se abstengan a los sanchistas como ha hecho ya con Antonio Hernando –un tipo capaz de defender con idéntica vehemencia hoy una cosa y mañana la contraria y sobre todo un tipo plenamente ‘consciente’ de que son los partidos los que deciden quiénes van en la lista y en qué orden–, aunque el éxito de esa empresa dependería para empezar de cuántos ‘antoniohernandos’ haya entre los sanchistas. Si no hay los necesarios, es probable que el PSOE recurra a algún tipo de abstención ‘técnica’ que además podría aliviar la incomodidad de un electorado que al fin y al cabo el 26J votó al PSOE del “no es no”.

En cualquier caso, esta decisión –el cómo–, que sí corresponde al PSOE, es sólo una decisión táctica, porque la decisión estratégica –el qué– ya está tomada y no la han tomado ni el PSOE ni sus militantes ni el cada vez más solo ya ex secretario general que hace sólo dos años eligieron en primarias.

El qué de la oligarquía y el cómo del PSOE
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