sábado. 20.04.2024

Un azaroso final con enriquecimientos injustos

La Cumbre Mundial del Clima enfila su última semana.

No fueron precisamente buenos augurios los que lanzó recientemente el Ministro de Economía chileno cuando manifestó, previo a los últimos avatares: no alcanzaremos nuestros objetivos climáticos a menos que tengamos unidad y cooperación a escala mundial para combatir el cambio climático, qué es una amenaza existencial para todos nosotros.

Cuando a la unidad de los países la sustituye la desunión, diversidad o pluralidad, y la cooperación se convierte en ignorancia e indiferencia, todo pasa a convertirse en dramas personales a través de “enriquecimientos injustos” y “correlativos empobrecimientos de la sociedad”, significando vulnerabilidades de todo tipo, tanto hacia actuales como próximas generaciones.

Cuando a la unidad de los países la sustituye la desunión, diversidad o pluralidad, todo pasa a convertirse en dramas personales a través de “enriquecimientos injustos”

Es lo que ha traído el “establishment” del petróleo con su influencia en la sociedad y su control de un órden económico determinado, así como el más absoluto desapego al daño producido y desprecio por el medio ambiente en las poblaciones, garantía de supervivencia.

Tampoco inspira mucha confianza las llamadas “Reuniones de Segmentos de Alto Nivel”, que tienen lugar en la COP-25, probablemente con instrucciones limitadas y encontradas.

Pero es que se trata de niveles de contenidos distintos en los que el petróleo siempre se encontrará arriba del agua.

Continuamos prestando atención a aquellas Reuniones con protagonistas y título sugestivo como por ejemplo una convocada para el martes 10, por la OCDE y ONU: LA RESPONSABILIDAD EMPRESARIAL CARA A LA EMERGENCIA EMERGENCIA CLIMÁTICA, pero son muchas ya las decepciones acumuladas.

De aquí a 100 años, nuestros descendientes probablemente contemplarán vía satélite imágenes trucadas del Planeta Tierra

Mucho nos tememos que los esfuerzos que se despliegan por los científicos y expertos no resulten suficientes, cara al sistema y solamente alcancen mínimos disfrazados por el “establishment” como suficientes éxitos.

Probablemente asistamos antes de la próxima reunión de Glasgow a unos cuantos más “actos de constricciones medio ambientales” similares a la vergüenza y la angustia por dejar perder glaciares; soporta cada vez más olas de calor; inundaciones, etc. pero de aquí a 100 años, nuestros descendientes probablemente contemplarán vía satélite imágenes trucadas del Planeta Tierra, indicándonos: “not problems”, y la población del Planeta diezmada.

Un azaroso final con enriquecimientos injustos
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