jueves. 28.03.2024

¡Otra jarra de agua helada!

El exceso de publicidad ha vuelto a jugarnos otra mala pasada, alardeando de tener el apoyo de los grandes pesos pesados europeos.

Hemos asistido durante un par de semanas a los prolegómenos de las nominaciones de las candidaturas a través de un pulso institucional por parte de los Estados Miembros a favor de sus representantes, y eso, a pesar de la supuesta inapetencia que despierta el puesto de jefe del Eurogrupo, por su carácter informal.

Lamentablemente, para la información de nuestros lectores, la elección por vía telemática ha sido secreta, y consecuentemente por ahora se desconocen los detalles de la misma. Tan sólo y bajo el aspecto puramente patriótico, nuestra representante ha sido finalista... pero tampoco créanse del todo las derrotas honrosas.

Nuestra candidata no partía precisamente desde un entorno político gubernamental pacífico, más bien tambaleante

Se sentaba nuestra ministra sobre las 15:00 horas, con siete “supuestas declaraciones de amor profesionales” para los próximos dos años y medios, la mayoría de ellos auténticos pesos pesados, con lo cual no parecía excesivamente difícil hacerse con tres más para la obtención del cargo.

Pero el exceso de publicidad ha vuelto a jugarnos otra mala pasada, alardeando de tener el apoyo de los grandes pesos pesados europeos, y puede que fuese verdad en un determinado momento, pero ya se sabe lo que ocurre en política, para que continuemos de “pardillos” por el mundo, debiendo recordar qué Berlaymont es un colectivo lo más parecido a un gran Vaticano donde todo se ejecuta en riguroso silencio.

Recordarán nuestros amables lectores que en nuestros anteriores Artículos, uno de ellos. “ESPAÑA-UE- AFFAIRE CALVIÑO”, deslizaba en negrita “la existencia de otras variables de mayor peso en la actualidad qué su valía profesional”

Pretendía ser un aviso a navegantes de rigurosa confidencialidad de nuestras fuentes habituales.

La verdad sea dicha, nuestra candidata no partía precisamente desde un entorno político gubernamental pacífico, más bien tambaleante, y envuelto en el ambiente sórdido que suele acompañar al bipartito, pero su reconocida valía en Berlaymont, junto al déficit de cargos relevantes que atesora España, no hizo posible la obtención de tan anhelado puesto.

Será mucho más complicado los próximos días 17 y 18, el que España se enfrenta a todo un Consejo Extraordinario Europeo, repleto de hostilidades por la mayoría de sus Miembros, muchos de los cuales olfatean el pánico de nuestro Gobierno a distancia y nos siguen considerando un país de subsidiados que nunca pagaremos la deuda a ser contraída.

Razón por la que cada vez se hace más densa “la sombra del rescate” sobre España, aunque se la venga dulcificando últimamente por tirios y troyanos, como si se tratara de un mal menor y no de un “estigma” real para el agraviado.

Grecia tendría bastante que decir sobre ello.

¡Otra jarra de agua helada!
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