jueves. 25.04.2024

JurisImprudencia y Real Decreto

Hasta el pasado 6 de noviembre, el Tribunal Supremo sentaba jurisprudencia. Desde ese día, nos deja sentados en el suelo con su insólita jurisImprudencia. Imprudencia de novatos barbicanos. Y un resultado de balonmano juvenil: 15-13 a partido único.

Al “Niñín” José Manuel Rioja

Los bancos se dispararon en Bolsa en cuanto el Tribunal Supremo se disparó en el pie. España volvió de repente a ser ese país cainita empeñado en autodestruirse a sí mismo. Baraja rota en plena partida con impropia solemnidad, como si de una suprema promesa judicial a la Virgen de guardia de noviembre se tratase. Extraña coincidencia entre la opinión pública y la opinión publicada. Alarido social y alirón de los banqueros.

Nos sirvieron una sentencia de garrafón cuando todo presagiaba un esmerado cóctel de autor

Error supremo el del Supremo. Fallo garrafal de una Sala muy sola. 28 magistrados fallaron estrepitosamente emitiendo el único fallo en el que no nos podían fallar. Nos sirvieron una sentencia de garrafón cuando todo presagiaba un esmerado cóctel de autor. Wikipedia ya está tardando en editar la nueva gradación científica de lo adverso: lo malo, lo peor y lo Supremo. 28 togados que han quedado muy tocados. Porque ya no hay banco que dé crédito al Supremo. A pesar de beneficiarlos pagándoles generosamente con una golosa sentencia en efectivo.

Hasta el pasado 6 de noviembre, el Tribunal Supremo sentaba jurisprudencia. Desde ese día, nos deja sentados en el suelo con su insólita jurisImprudencia. Imprudencia de novatos barbicanos. Y un resultado de balonmano juvenil: 15-13 a partido único.

El cliente ya no tiene la razón. Los razonamientos abstrusos de los 28 se la han quitado. Quién lo iba a imaginar en esta idílica Europa de los 28. Bruselas nos mira de reojo. Los hipotecados le han echado el mal de ojo a los bancos, sobre cuya letra pequeña siempre conviene andar con cuatro ojos. 

Y en eso llegó SuperSánchez con un Real Decreto para solucionar un problema real. El Impuesto de Actos Jurídicos Documentados correrá por cuenta de la banca. Esta primera ronda la pagan los botines, los gonzález y los fainés. Después no habrá barra libre, que nadie se engañe. Crecerán como por ensalmo otros honorarios bancarios que harán honor a su ampuloso nombre. Los bancos tendrán el penúltimo recurso y la última palabra.

Hay que respetar las decisiones judiciales, incluídas las que no merecen ningún respeto como esta del Supremo. El 18 de octubre, la Sala Segunda se llevó todas las primeras de todos los periódicos. El 6 de noviembre quedó desautorizada por una autoridad superior cuya existencia e insistencia desconocíamos.

Pero siempre nos quedará Sánchez, el doctor que ha curado la primera gran gripe del otoño. Con jarabe de palo.

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