jueves. 28.03.2024

La vida sin Interviú

Su cierre era solo cuestión de tiempo. Lo mismo que el de Tiempo. El periodismo de papel, destinado a que los lectores no pierdan los papeles gracias al sosiego de lo impreso, ha perdido en un lunes negro dos cabeceras históricas.

Su cierre era solo cuestión de tiempo. Lo mismo que el de Tiempo. El periodismo de papel, destinado a que los lectores no pierdan los papeles gracias al sosiego de lo impreso, ha perdido en un lunes negro dos cabeceras históricas. Interviú, 42 años, y Tiempo, 35 años, yacen desde el 8 de enero en la equívoca morgue de los jóvenes difuntos.

No necesitarán autopsia. Son dos fallecimientos editoriales predecibles. Ambos cuerpos estaban amortizados, esclerotizados y señalados con el pronóstico más funesto e irreversible. Han desaparecido en plena juventud víctimas de un largo abandono lector. Porque los jóvenes  españoles abandonaron hace lustros el papel, incluso el “cuché” de gramaje y  brillo impecables de Interviú y Tiempo.

Cuando la revista desnudó a Marisol en 1976, se vendieron más de un millón de ejemplares a 40 pesetas el número

Cuando la revista desnudó a Marisol en 1976, se vendieron más de un millón de ejemplares a 40 pesetas el número. Marisol pasó a ser Pepa Flores e Interviú pasó a liderar la prensa ilustrada de una sociedad que trataba de ilustrarse a marchas forzadas. Francisco Franco, 40 años dictando a la nación, llevaba un año enterrado y la exultante revista de desnudos no imaginaba que la sociedad española la sepultaría a ella 40 años después.

Tiempo ha realizado esfuerzos tan hercúleos por sobrevivir que su último número incluye lo siguiente: la propia revista, un Anuario de 2018 elaborado por “The Economist”, las películas “Un largo viaje” y “El americano” y un libro de relatos escogidos de Edgar Allan Poe. Cinco piezas funerarias que servirán a los sesudos forenses del periodismo para certificar que el muerto se agarró a la vida hasta el final.

En 1989 la revista “Tribuna de Actualidad” regaló a sus lectores un trozo del muro de Berlín, hormigoncito convenientemente plastificado. Ocurrencias periodísticas del maestro Julián Lago. Pero a Tiempo no le ha dado tiempo a reinventarse. Menos mal que el maestro Manolo Alcántara celebra sus  primeros 90 años escribiendo como los ángeles y describiendo la inequívoca trayectoria del columnista sublime. Menos mal que el gran Fede Lucendo Pombo sigue cocinando periodismo de autor en El Riojano.

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