viernes. 29.03.2024

La prensa española al servicio del gobierno y los bancos

The New York Times recoge las palabras del vicesecretario de comunicación del Partido Popular, Pablo Casado, quien afirma ser desconocedor de cualquier queja por parte de periodistas sobre interferencias políticas en su trabajo. “No veo ningún problema con la prensa en España”, asegura Casado con dosis de cinismo.

Un informe elaborado por la Universidad de Oxford y publicado por el ‘Instituto Reuters para el estudio del periodismo’ concluyó hace dos años que los medios comunicación de España son los menos creíbles de los once países consultados en Europa y los segundos menos creíbles de los doce estudiados de todo el mundo. “Los medios de información españoles, bajo la opresión del gobierno y la deuda”. Con este duro titular, el influyente periódico estadounidense The New York Times publicaba un incisivo artículo sobre los medios de comunicación en España destacando con contundencia la falta de independencia de los grandes periódicos españoles, como El País o El Mundo, sometidos a la injerencia política y al control de los acreedores. El diario estadounidense señala la “tormenta perfecta” que ha sufrido en España la industria de la información, acosada por grandes deudas que han provocado una rápida reestructuración financiera que ha llevado a la pérdida de su puesto de trabajo a 11.000 periodistas en siete años y a la pérdida de libertad de los editores para decidir qué noticias ofrecer o cómo, favoreciendo a las entidades a las que deben enormes cantidades de dinero.

The New York Times también arremete contra el Gobierno de Mariano Rajoy como causante del deterioro de los medios en España

The New York Times también arremete contra el Gobierno de Mariano Rajoy como causante del deterioro de los medios en España, acusando al Partido Popular de actuar agresivamente contra la crítica pública y de ejercer opresión contra la libertad de prensa, apuntando directamente a la ‘Ley Mordaza’, que impone severas multas contra las protestas ciudadanas y penaliza la grabación en vídeo de las actuaciones policiales. En este sentido, el diario citaba el informe crítico sobre la situación de la libertad de información en España de International Press Institute. Sin embargo, según el diario, son las presiones menos evidentes las que han incrementado la preocupación sobre la libertad de expresión en España. “Muchos en el sector señalan que la formidable combinación del Gobierno y de las presiones financieras han anulado su capacidad para cubrir noticias en las que se da un conflicto de intereses con las grandes empresas y los políticos, en un momento en el que se multiplican los escándalos financieros y políticos que han surgido a raíz de la crisis de la deuda española”.

CONTROL POLÍTICO

El artículo recoge los testimonios de diversos profesionales de la información y ejemplos de casos en los que esta manipulación se ha dado en los medios de prensa españoles, destacando también el caso de RTVE y las denuncias de sus propios trabajadores sobre el control del Gobierno en la programación de los informativos del ente público, mencionando el cambio de ley introducido por el Ejecutivo de Mariano Rajoy en 2012, “sin el consentimiento del resto de partidos”, para designar a los directivos de RTVE favorables al Partido Popular. Como ejemplos del control político y la censura en RTVE, The New York Times incluye la ausencia de noticias sobre el conflicto de intereses entre el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y los contratos públicos a una empresa de su propiedad, o los múltiples casos de corrupción por los que el ente ha pasado de puntillas. De esta forma, el periódico neoyorquino también disecciona al diario El País, recogiendo las denuncias de los periodistas del periódico español sobre la eliminación o modificación de artículos en su web, como los que hacían referencia a Qatar en un momento en el que el grupo Prisa negociaba con una empresa qatarí para que invirtiera en su grupo empresarial. O también artículos críticos con Telefónica, incluida en el grupo Prisa, que fueron alterados en la publicación del diario, motivo por el cual dos periodistas de su redacción decidieron dimitir. Casimiro García-Abadillo, quien sucedió brevemente a Ramírez al frente de El Mundo, también se expresa en este sentido, denunciando “la falta de libertad de maniobra” de los editores: “hay multitud de casos en los que las noticias críticas sobre grandes instituciones o no son publicadas o son publicadas de una manera amistosa”.

Como contraste, The New York Times recoge las palabras del vicesecretario de comunicación del Partido Popular, Pablo Casado, quien afirma ser desconocedor de cualquier queja por parte de periodistas sobre interferencias políticas en su trabajo. “No veo ningún problema con la prensa en España”, asegura Casado con dosis de cinismo. En pleno conflicto catalán resulta muy complejo discernir entre información veraz y propaganda.

La prensa española al servicio del gobierno y los bancos
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