viernes. 29.03.2024

Aplausos diarios a unos sanitarios que esperan medios y les hagan test

Reflexiones desde casa. Día 39.

Cuanto mejor quedarían los aplausos diarios a nuestros sanitarios, si nos supiéramos conocedores de que trabajan con los medios necesarios, de que les hacen los pertinentes test que detectan los positivos o negativos en coronavirus. Y es que crece alarmantemente la cifra de fallecidos dentro del cuerpo médico, de enfermería, celadores, farmacéuticos, y auxiliares sanitarios, entre los que se encuentran también los equipos de ambulancias, que están trabajando como están trabajando. Hay demasiada controversia sobre la actualización de los datos esenciales de la pandemia, como son número de fallecidos, contagiados y recuperados. Es bien cierto que el Covid no perdona a nadie, y que todos estamos en potencial riesgo, mucho menos los que no salimos de casa, cumpliendo con el confinamiento que impone el estado de alarma actual que vive España. Pero encorajina el dato de más de 34.000 infectados entre los profesionales del sistema nacional de salud, cifra que nos sitúa en la auténtica realidad de lo que atravesamos. Puede que el eco de sus justas reivindicaciones no llegue suficientemente a los españoles. De hecho, así es. Aunque no por ello dejamos de tener el problemón de que nuestros sanitarios, completamente agotados, lo den todo, se dejen la piel para cuidar y sacar adelante a los enfermos de coronavirus (sin desatender otras enfermedades), y cuenten con unos medios muy deficientes que no contribuyen precisamente a protegerles, para así tratar con seguridad a los pacientes con el virus. Que se les haga a todos el correspondiente test y seguimientos posteriores, sigue siendo desde el inicio de la pandemia la gran Espada de Damocles que tiene España para atajarla. Es un asunto crucial. Tanto, que parece mentira que asistamos ahora a la polémica de que los test se podrían hacer ya a los jugadores de fútbol, y, mientras, todos los que trabajan con bata blanca están a verlas venir. Hay algo que nunca superaremos en este país nuestro. Es la incongruencia, el individualismo y egoísmos, que es lo que nos hace realmente peculiares. Fue Karl Marx quien en 1844 dijo aquello de que la religión es el opio del pueblo. Más tarde se adaptaría a que lo es el fútbol. Pues de eso se trata: de echar a rodar el balón para dar sensación de normalidad y evadir a muchos ciudadanos de los auténticos problemas que se dan ahora, más los que vendrán. De esta, y con tiempo, nos van a sacar nuestros sanitarios, lo digo así para que la lista de especialidades sea lo más amplia posible. Dotarles de todos los medios, protegerles en sus acciones diarias contra el virus, no es ninguna recomendación. Es una obligación de los poderes públicos y de todos nosotros como ciudadanos, que debemos reclamar el cuidado máximo de médicos, enfermeras o celadores. Por supuesto que nos agradecen los aplausos que les damos. Pero lo primero es lo primero: test, mascarillas, vestuario y caretas protectoras, al igual que guantes, gorros o calzas.

Aplausos diarios a unos sanitarios que esperan medios y les hagan test
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